martes, 31 de diciembre de 2024

Circe Maia. Resurrección

(Cuadro de Remedios Varo)

Recuerdo un cuadro al que su autora llama
"Naturaleza muerta resucitando".
Se alzan
las frutas y los platos
la jarra está en el aire
encima de la mesa
resucitando.
  
Aquellas cosas fueron declaradas
muertas, y no lo estaban.
O tal vez sí, estaban muertas 
y la pintura las recobró, las hizo
levantarse, girando
como movidas por invisible viento.



De "Dualidades"
En "Transparencia"
  

lunes, 30 de diciembre de 2024

Carmen Conde. Destino

Los caminos llegaban lentamente a su fin:
no cantaban dichosos, pájaros ni ríos.
Todo iba dejando en el polvo señales
del triste desaliento que lleva lo que acaba.
Abrió la tierra un agua que vino transparente,
imprevistos rosales salieron ante el paso
de quien ya no creía vivir más primaveras.
Era hermoso sentir y crecer en el mundo
que ahora parecía como recién nacido.
Habría que gritar, no te vayas, momento!,
por si sólo era uno y no la vida entera.
Ya no había final sino que era el comienzo
de lo no presentido; encontrar el amor
sin su trágica faz ni su ciego dominio,
aunque sí que llegaba con destino de dueño.
Quién podría rechazar la flor o la manzana
en nombre del temor a que pronto murieran,
si aquel hondo vivir sin vivir plenamente
resucita al final con la fuerza de acero?
Ni mirar los caminos pasados o futuros:
hundirse en aquel agua y alimentar con celo
un tiempo que, vencido, ya no era amenaza
porque formaba parte de la domada tierra.
Qué importaba morir si aquello llegaba
en el justo momento de poder olvidar?




De "Desde nunca"

domingo, 29 de diciembre de 2024

Blanca Varela. Esta mañana soy otra...

Esta mañana soy otra
toda la noche
el viento me dio alas
para caer
   
la sin sombra
la muerte
como una mala madre
me tocó bajo los ojos
   
entonces dividida
dando tumbos
de lo oscuro a los oscuro
giré recién llegada
a la luz de esta línea
   
en pleno abismo
abriéndose 
y cerrándose 
la línea
sin música
pero llamando
   
sin voz
pero llamando
sin palabras
llamando



En "Y todo debe ser mentira"

sábado, 28 de diciembre de 2024

Alfonsina Storni. Verso decorativo

La niña vio a la luna en el azul estanque
que en medio de los pinos servía de pecera.
(Piernas de cazadora, suelta la cabellera,
y el fino seno blanco celoso de su arranque).

De un elástico salto llegó junto a la fuente,
hundió las blancas manos, tomó el disco de oro,
y al cargar junto al cuello el redonde tesoro,
la cabellera negra se le tornó luciente,

y huyó bajo las selvas. su grito de alegría
hasta los dulces nidos de las aves subía,
e, iluminando el bosque perfumado, la vieron,

cargada de la luna, pasar los abedules,
y siguiendo en el aire la curva de sus tules
ejercitos de pájaros cantando la siguieron.




Del Poemario "Ocre"

viernes, 27 de diciembre de 2024

Alejandra Pizarnik. Reconocimientos

Tú haces el silencio de las lilas que aletean en mi tragedia del viento en el corazón. Tú hiciste de mi vida un cuento para niños en donde naufragios y muertes son pretextos de ceremonias adorables.



En su Poesía completa


jueves, 26 de diciembre de 2024

Clara Lair. Letanía egoísta

Ay, sólo quisiera
vivir las mismas cosas de distinta manera!
Volver a florecer; saberme florecida;
y balancearme al ritmo más quieto de la vida!
En el jardín salvaje del amor ser altiva
planta, que no florece sino al que la cultiva.
Desterrar de mi torre de reposo y de pan,
la pirueta a lo absurdo de Pierrot y Don Juan.
Oponer al foetazo encendedor del trópico, 
el músculo de piedra de mi maestro exótico.
Mi maestro sajón, que burló mi donaire,
y que trocó mi canto en bostezos al aire.
Ay, sólo quisiera
vivir las mismas cosas de distinta manera!
No dar nada de más; dar sólo lo pedido;
y retirarlo al punto si no es retribuido.
En fría selección de rosales y eras,
desparramar mi yo por las cosas certeras. 
Lanzar mi vanidad en la ruta trazada
de lo que ya está hecho, de lo que cuesta nada.
Volver a revivir, fuerte, dura y fornida,
y caminar atlética y autómata la vida!
Ay, sólo quisiera
vivir las mismas cosas de distinta manera!
Mirar el mundo todo como brusca humorada,
y a cambio de su nada darle también mi nada!


De "Arras de cristal Al Ateneo Puertorriqueño"
En "De la herida a la gloria. Poesía completa"
   

miércoles, 25 de diciembre de 2024

Idea Vilariño. Ella cierra los ojos

Romántica
cabellos de azafrán y ojos de duelo
toda tormenta gris. Estaba loca.
Camino de la noche la marea
o camino del alma la inmolada
la sin luz la de amor la desolada
camino del candor la estremecida
la que odia y consiente
la que busca y no encuentra
el gusto aquel iluminado y puro
aquella sed del aire
devorada la noche mirada devorada
incomprendida y rota
amante amando sin sonrisas.
Era de soledad. Estaba loca.
Cómo entrar a ese tiempo sosegado
tocarle el corazón decirle amado
sustituye tu nombre busca el oro
tocarle la mirada desatarle 
horas sin prisa y días desmedidos.
Camino de la noche
sin medida
camino del asombro
acaba su estación y se disuade.



De "Cielo cielo"
En "Poesía completa"


martes, 24 de diciembre de 2024

Olga Orozco. Bartleby

Había rehusado decir quién era, o de dónde venía,
o si tenía algún pariente en el mundo.
Herman Melville, Bartleby

Nadie supo quién fue.
Nunca estuvo más cerca de los hombres que de los mudos signos.
Él hubiera podido enumerar los días que soportó vestido de gris desesperanza,
o describir siquiera la sombra de los sueños sobre el muro vacío.
Más prefirió no hacerlo.
Nos queda solamente la mascarilla pálida,
la mirada serena con que eludió el llamado de todos los destinos,
la imagen de su muerte desoladoramente semejante a su vida.
No queremos pensar que fue parte en nosotros,
que fue nuestra constancia a las pacientes leyes que ignoramos.
Todos hemos sentido alguna vez la pavorosa y ciega soledad del planeta,
y hasta el fondo del alma rueda entonces la pidrecilla cruel,
conmoviendo un misterio más grande que nosotros.
Oh Dios! Es preciso saber que no podemos interpretar las cifras inscritas en el muro?
Es preciso que aullemos como perros perdidos en la noche o que seamos Bartleby con los brazos cruzados?
Preferimos no hacerlo.
Preferimos creer que Bartleby fue sólo memoria de consuelos, de perdón, de esperanzas que llegaron muy tarde para los que se fueron;
testigo de un gran fuego donde ardió la promesa de un tiempo que no vino. 
No será en ese cielo. En otro nos veremos.
Él estará también pálidamente absorto contemplando la otra cara del muro.
Deberá recordar una por una todas las cartas muertas.
Pero acaso aun entonces él prefiera no hacerlo.



De "Las muertes"
En "Poesía completa"
   

lunes, 23 de diciembre de 2024

Blanca Varela. VIII

(pobres matemáticas)

cuando nada quede de ti ni de mí 
habrá agua y sol
y un día que abra las puertas más secretas
más oscuras más tristes
y ventanas vivas como grandes ojos
despiertos sobre la dicha
y no habrá sido en vano que tú y yo
solo hayamos pensado lo que otros hacen
porque alguien tiene que pensar la vida



De "Valses y otras falsas confesiones"
En "Poesía completa"
    

domingo, 22 de diciembre de 2024

Alejandra Pizarnik. La jaula

Afuera hay sol.
No es más que un sol
pero los hombres lo miran
y después cantan.
   
Yo no sé del sol.
Yo sé la melodía del ángel 
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.
   
Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche
y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.
   
Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.



De "Las aventuras perdidas"
En "Poesía completa"
   

sábado, 21 de diciembre de 2024

Piedad Bonnett. 6

Pero yo era el gato con botas el sastrecillo valiente la hija número tres la doncella que duerme yo era la flecha el arco la puerta de cristal el pasadizo la luz que en la penumbra del polvo hacía estrellas
Y del infierno se podía volver con los tres pelos del diablo entre los dedos
   
y las palabras mágicas
y las palabras mágicas
y las palabras mágicas que intento todavía.



De "Tretas del débil"
En "Poesía reunida"
    

viernes, 20 de diciembre de 2024

Concha Lagos. El "mea culpa" se queda detenido

Siempre hacia ti el retorno,
al espacio infinito donde dejé preguntas;
donde tu estela aguarda.
   
Un más allá, un incierto posible
sin tregua busca el hombre.
Náufrago de la vida siete veces,
como perdido en nubes, en ausencias.
Ave desarraigada de su nido.

Alzo la voz con gregoriano canto
para entonar sumisa este "mea culpa",
pero enjambres de dudas lo detienen.
   
Por limpiarle arideces al camino
sembramos la torpeza.
Alguien nos pone vendas y, de un soplo,
apaga los candiles.
   
El "mea culpa", detenido se queda
mientras, en sueños, la fugitiva estrella busco
por si su luz alumbra una esperanza.
   
Hacia ella nuestro sueño, nuestro vuelo,
nuestro grito implorante. 
A contra pena y llanto;
a contra hueco y noche.
A la espera del agua que las crueldades limpie.



De "Teoría de la inseguridad"

jueves, 19 de diciembre de 2024

Pilar Romero Burgos. El ausente

Permanezco encerrada en mi castillo.
La hulla del guisante en mi costado.
Flores preciosas se despeñan acantilado abajo
sin que nadie las corte con la espada.
Dragones melancólicos pasan junto a mí puerta
y en un rincón del patio se amontonan
el huso y la manzana, el espejo y la llave
y entre las zarzas brilla el cristal de un zapato.



De "Estancias prohibidas"
    

miércoles, 18 de diciembre de 2024

Francisca Aguirre. Travesía peligrosa

Iré más allá:
más allá de América
y más allá de la acera de enfrente.
Más allá del mar
y más allá de los libros.
Más allá de mi propio corazón
y más allá de las lágrimas.
Más allá de la sabiduría
y más allá de la fe
y más allá del amor.
Y cuando el más allá se convierta en el acá cercano,
regresaré,
y como en los buenos tiempos
haré la peligrosa travesía
de tomar una taza de café.



En "Prenda de abrigo"

martes, 17 de diciembre de 2024

Josefina Romo Arregui. Elegía del poeta de esta hora

Poetas de esta hora, pájaros momentáneos,
canto de ruiseñor único,
porque la voz disuelta en los espacios
no ha de saber de eternidad,
de la gloriosa eternidad de aquellos que se fueron
dejando sus acentos moldeados en barro
-suspiro cuneiforme de milenios-.
No brillarán vuestras palabras en los muros
-encendida actividad de los símbolos-
flor profunda de jeroglíficos sutiles.
Ni el esmalte deslumbrador
cantará en sus colores vuestro paso,
ni la serena, equilibrada piedra
clamará vuestros nombres incisos.
Sois los poetas del seguro silencio,
los poetas de inevitable olvido.
Cantad, cantad indiferentes 
los únicos, los geniales, los sinceros.
Sabemos sin orilla nuestro río,
y nuestra voz la despedida postrera,
que ya no habrá arrollado papiro que encontrar 
ni códice miniado para saber de trovas. 
Oh infinito destino del átomo, 
mi canto y las palabras de mi canto
nunca han de ser letras, palabras, ni canciones,
nunca llegarán a unos ojos
ni vivirán en futuras voces...
Gritemos nuestro adiós alegre y descuidado
por los perdidos sueños de eternidad humana,
que nuestros átomos saltarán de una estrella
a la escama de un pez desconocido.
Y así será en la Tierra,
así será en nuestra pequeña podrida manzana.
Cantad, cantad poetas nuestro olvido
nuestro descanso eterno, nuestro destino tácito. 
Cantad poetas porque hay algo seguro,
algo desconocido que el átomo conoce.



De "Isla sin tierra"
En "Las Sinsombrero y un nuevo 27"
    

lunes, 16 de diciembre de 2024

Serafina Núñez. Canción y saludo

Te llego desde el tiempo
como un río cantando que entrara por tu pecho
con estrellas y peces;
para respirar bajo tu sueño
traigo la luz del mundo entre el cabello.

Y porque te he llegado
ya no se apagaran tus sienes
bajo las hojas secas de los otoños de la sangre,
no se te morirán pájaros en la boca,
ni caballos de sombra galoparán tu pulso.

Ahora, tendrás mi propia ignorancia,
mi propia sabiduría;
de una misma sonrisa quebraremos la noche,
y nos alumbrará una sola fecha.

Te he llegado desnudamente
sencillamente en mi delirio y en mi clima,
con mis árboles de silencio,
con mis paisajes de ceniza,
con este sol que me madura la garganta,
con mis ambiguos ruiseñores,
con mis flechas maniatadas que te buscan las venas,
con mis raíces y con mis olvidos...

Junto a tus ojos de verde lluvia tibia,
seré yo, como una ciudad de veleros a la aurora.



De "Vigilia y secreto"
En "Tierra de secreta transparencia"


domingo, 15 de diciembre de 2024

Yirama Castaño. Parque nevado

Comienzo con la paciencia
    que me concede el corazón de un pájaro
   
Desde ayer late en mí un escudo para el tiempo
   
Entonces, 
la muerte es nuestro gran espejo
   
Acerca su manto a contraluz
    y cuando llega la videncia 
        nos quedamos dentro
   
Damos pasos largos
    entre cintura y espasmo
   
En el deslizar de la cascada
    el agua corre por las venas
   
Abrazo de las piedras
donde no hay espacio para las fisuras del invento
   
El bosque es el único encanto:
    sigilo y guardián de los silencios
   
Recogimos el temblor en nuestros cuerpos
   
Como talismán
    tomé el cristal de las batallas



En "Pájaros de sombra. Diecisiete poetas colombianas (1989-1964)"

sábado, 14 de diciembre de 2024

Silvia Pato. 34

Ni el oráculo de Delfos lo habría adivinado:
un instante fugaz, por completo inesperado,
que vino a matar la vida en un cálido verano,
cuando los niños jugaban, cuando trinaban los pájaros. 
   
Ni las sibilas hubieran podido imaginarlo:
un segundo brutal, un minuto decisivo,
irreflexión y traición una mañana temprano
en la que el invierno helado vino a cubrir el estío.
   
Ni el oráculo de Delfos lo habría sabido.
Fue tan falso el galán, tan artero su olvido,
que la crueldad y sus actos destrozaron aquel nido,
que plumas manchó de sangre, y postró sus restos fríos.
   
Ni las sibilas lo hubieran soñado,
ni el oráculo de Delfos lo habría presentido:
cómo saber que el ser más amado
iba a tornarse en un desconocido.



De "Poemas del naufragio"
    

viernes, 13 de diciembre de 2024

Gloria Posada. Pensamiento conjugado en Alejandra Pizarnik

Desde el alba
tu cuerpo está quieto esperando 
               los crepúsculos
   
Vengo a recoger 
el rocío que pende de tu boca
Vengo a peinar
tus cabellos volcados en raíces
Has querido pequeña niña
pertenecer a los jardines
   
La tierra ha secado tu cuerpo
te han desangrado las rosas
   
Y hoy vengo a comer tu fruto
y su último aroma



En "Pájaros de sombra. Diecisiete poetas colombianas (1989-1964)"
    

jueves, 12 de diciembre de 2024

Elisabeth Mulder. Molinos de viento

Molinos de viento...
Alma, si pudieras
tú, como ellos, dar
máximo provecho
de la fuerza inútil
que te hace girar.



De "Paisajes y meditaciones"
En "Las Sinsombrero y un nuevo 27"

miércoles, 11 de diciembre de 2024

Idea Vilariño. II

Los cristales de un agua refinada y purísima
y el cielo azul combado, de un oriente perfecto,
se tendían en una serena, sostenida
alta calma de pájaro inmóvil contra el cielo.
   
La noche iba alargando sus raíces calladas
hacia el agua sombría que enterraba los árboles 
en un silencio terso y arqueado que flotaba
esfumando las voces y oscureciendo el aire.
   
Llegué a creer eterna la tarde que moría 
en tanto nuestras sombras con las frentes unidas
soñaban una vaga magnolia de dos pétalos.
   
Y cuando rojos últimos coronaron el cielo
de la ciudad absurda, como un halo de sangre,
sentimos vagamente que éramos de carne.



De "Poemas anteriores"
En "Poesía completa"
   

martes, 10 de diciembre de 2024

Pita Amor. III

Qué haría yo sin mis penas?
Pienso que dejar de ser,
las tengo desde el nacer:
ya más que malas son buenas.



De "Pita Amor. Un caso mitológico"
 

lunes, 9 de diciembre de 2024

Pino Betancor. Al alba

Al alba, mi amigo, al alba.
   
Cuando los pájaros tienen
temblor de luna en las alas.
Cuando el aire se columpia 
muerto de risa en las ramas.
   
Al alba, amigo, al alba.
   
Recién mojadas las hierbas,
recién estrenada el agua,
mi cuerpo se irá llenando
de rosas alborotadas.
   
Al alba, mi amigo, al alba.
   
Traigo en los labios 
una esencia de retamas
para dejarla en tu boca
triste, de nieves manchadas.

Al alba, mi amigo, al alba.
   
Que yo me iré desprendiendo
de esta azul corteza amarga
y seré lirio de espumas
entre tus manos, al alba.
   
Al alba, mi amigo, al alba.



De "Cristal"
En "Sombra de rebeldía"
   

domingo, 8 de diciembre de 2024

Ana Istarú. Hoy es viernes

   Hoy es viernes,
y es como si el viernes
hubiese penetrado
mis más oscuros movimientos
revolcando recuerdos
con su estrépito de galgo,
asustando golondrinas de papel,
afán café de echar a volar
los campanarios 
para golpear el viento. 



De "Poemas abiertos y otros amaneceres"
En "La Estación de Fiebre y otros amaneceres"

sábado, 7 de diciembre de 2024

Piedad Bonnett. Tareas domésticas

I

Con qué cuidado 
y doméstico afán, entre el alba y la ducha,
meticulosamente aceitamos los goznes,
a los grilletes damos brillo, nos aseguramos 
que aprieten las cadenas -por si acaso-,
que no hagan ruido
sus eslabones. (Se molesta el prójimo).
Con qué aire laborioso
sonreímos a la mañana urgente y caminamos.



De "Nadie en casa"
En "Lo terrible es el borde"
   

viernes, 6 de diciembre de 2024

María Clemencia Sánchez. Regreso

También el árbol 
inclinado sobre su propia sombra
me recuerda 
que esta tarde
ya estuvo entre nosotros,
no como se queda
el temblor del petirrojo
en la pupila,
sino como se adhieren 
las hortensias al naufragio del azul
en los trasiegos del día.
   
Es la suma de lo bello y el dolor
de lo que ya no vendrá
lo que me hace entender
el árbol así rendido,
y el claro de la nube
en que se hunde el vuelo
y el nombre de esa flor
que parecía descifrarlo todo.



En "Pájaros de sombra. Diecisiete poetas colombianas (1989-1964)"

jueves, 5 de diciembre de 2024

Beatriz Vanegas Athías. El gran amor en vilo

Que en algo, sí, y en alguien
se tiene que cumplir
este amor que inventamos
sin tierra y sin fecha
donde posarse ahora:
el gran amor en vilo.
Pedro Salinas

1
   
Salvar la última mirada,
la del adiós,
la mirada madurada por el llanto.
Salvar esa mirada para asegurar
los amaneceres por venir
   
Salvar la caricia,
la que transcurre como agua cansada,
la que sana dolores dulces, necesarios.
Salvar la caricia que convida
a la fiesta de la sonrisa.
   
Rescatar un olor, uno solo,
como quien encuentra 
la llave del cofre.
Un olor como sutil efluvio.
   
Salvar la primera frase:
Ésa que se dijo con la alegría
del verso por fin hallado.
Salvar el abrazo:
Única prenda
para festejar la ausencia.
   
   
2
   
Eran los días purísimos de la nostalgia,
había que consentir al recuerdo
como al hijo que no llegó a nacer.
Una sonrisa, una caricia,
la memoria de una escalera
o cualquier sabor
que lo preserve del olvido.
Proteger al recuerdo
como quien cuida 
la última flor 
o el primer llanto.
El recuerdo: única certeza 
de que esa luz sucedió 
y hoy sólo es posible
en el silencio.


En "Pájaros de sombra. Diecisiete poetas colombianas (1989-1964)"
    

miércoles, 4 de diciembre de 2024

Rosalía de Castro. Ay! Cuando los hijos mueren...

Ay! Cuando los hijos mueren,
rosas tempranas de abril,
de la madre el tierno llanto
vela su eterno dormir.
   
Ni van solos a la tumba,
ay!, que el eterno sufrir
de la madre sigue al hijo
a las regiones sin fin.

Más cuando muere una madre,
único amor que hay aquí;
ay!, cuando una madre muere,
debiera un hijo dormir.



En "Rojo-Dolor. Antología de mujeres poetas en torno al dolor"

martes, 3 de diciembre de 2024

Piedad Bonnett. Cocina

Para Mª Victoria

Una cocina puede ser el mundo,
un desierto, un lugar para llorar.

Estábamos ahí: dos madres conversando en voz muy baja
como si hubiera niños durmiendo en las alcobas.

Pero no había nadie. Sólo la resonancia del silencio
donde alguna vez hubo música trepando las paredes.

Buscábamos palabras. Bebíamos el té
mirando el pozo amargo del pasado,

dos madres sobre el puente que las une
sosteniendo el vacío con sus manos.



De "Los habitados"

lunes, 2 de diciembre de 2024

Sandra Uribe Pérez. Cartografía

Trazo el poema y su desnudez me aterra.
El fervor con que se aferra al papel
es el mismo de la sangre en tránsito.
   
Cada palabra es una iluminación 
que antecede a la niebla, 
un paso certero hacia el abismo.
   
Y esa verdad de tinta que se enreda en los ojos,
ese mapa de horas a punto de extinguirse
se convierte en la memoria inútil de tu tiempo.
   
La sombra es ahora un pájaro del que no puedes huir.
Toda la música de lo escrito arde en tus venas
y te condena a tu propia destrucción.



En "Pájaros de sombra. Diecisiete poetas colombianas (1989-1964)"
 

domingo, 1 de diciembre de 2024

María Mercedes Carranza. "Solo ante el peligro"

Para hablar de ti no sirve un poema.
Tal vez una vieja canción del Oeste,
una canción que diga que aquel hombre solo
que va por el mundo
jugando a los vaqueros. Una canción
que recuerde las ciudades
que el hombre lleva en la memoria,
donde siempre hubo un duelo,
un bar y una mujer. Una canción
que hable de los largos caminos
que nunca acaban
y el hombre en su caballo
hacia cualquier parte.
Nadie sabe su nombre porque así
lo quiso él, aunque, con frecuencia,
en las noches luminosas
el hombre eche de menos una palabra
tierna y tal vez llore.
Una canción que diga de la mujer
que en cada pueblo deja,
sentada en la barra de una cantina,
recordando al hombre
y sus borracheras de matón
y sus agresivos momentos de soledad
y sus monólogos agrios con fantasmas
y su tierna intimidad al amanecer
y su incontenible ansiedad
por sentir el pie en el estribo, nuevamente.
Una canción que hable de ti, Juan.



De "Tengo miedo"
En "Poesía completa"