I
Con qué cuidado
y doméstico afán, entre el alba y la ducha,
meticulosamente aceitamos los goznes,
a los grilletes damos brillo, nos aseguramos
que aprieten las cadenas -por si acaso-,
que no hagan ruido
sus eslabones. (Se molesta el prójimo).
Con qué aire laborioso
sonreímos a la mañana urgente y caminamos.
De "Nadie en casa"
En "Lo terrible es el borde"
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