domingo, 19 de mayo de 2024

Claribel Alegría. Invitación

No sé qué mares 
ríos 
o secretos pasajes
tendrás que atravesar
pero te espero hoy
hacia el ocaso
a que escuchemos juntos
una fuga de Bach.



De "Saudade"


sábado, 18 de mayo de 2024

Ajo. 4

Siempre siempre siempre siempre siempre
siempre siempre siempre siempre siempre
y aún así me parece poco.



De "Micropoemas 2"

viernes, 17 de mayo de 2024

Winett de Rokha. Freud y la luna sin ojos

Estaba mi corazón extasiado
frente a los olvidos,
y mis manos de sombra
se calentaban aún en los rescoldos de la luna.

Lava del siglo dominador del aire,
arrastraba pupilas y voces agazapadas.

Mi sensibilidad de laboratorio,
marcaba, como un reloj, la hora postrera,
en que todas las cosas vuelven a la infancia.

Sobre mi cara de alba estremecida,
la ecléctica de las últimas lágrimas...



De "Fotografía en oscuro"

jueves, 16 de mayo de 2024

Violeta Parra. A los dos años cumplidos

A los dos años cumplidos, 
curada ya de mi mal, 
tropiezo con un animal
de misteriosos aullidos. 
Violeta, me has conmovido 
los huesos hasta la médula
y hasta la última célula
que tejen mi cuerpo humano, 
deja tomarte la mano
muy limpia tengo mi cédula. 
   
Yo que ando por este mundo
más triste que un alma en pena
me retumbaron las venas
de verlo tan iracundo, 
después tan meditabundo 
que pienso que no m'engaña,
pero esta maldit'araña
al mes de su juramento
me niega su sentimiento
dejando brillar sus mañas. 
   
Cómo es posible, me digo, 
Que siendo yo tan pequeña
Se me descarguen las peñas 
Y siempre me quede al frío;
qué tienes, amigo mío, 
En contra de mi esqueleto, 
Entre sollozos lo reto 
Y le hago ver su mudanza, 
Le digo sin más tardanza:
No sabes lo qu'es respeto. 
   
Empieza nuevamente
mi corazón la batalla, 
el hombre es una muralla
de piedras omnipotente;
por qué tu cuerpo consiente
los golpes de tal martillo?
Quien lo maneja es un pillo
criado en los callejones, 
palabras de maricones
y sangre de vinagrillo.
   
Vergüenza tengo, lectorio,
delante de mis pecados
que no tendrán los malvados
vergüenza de su velorio, 
no saben de q' el demonio
está preparando el fuego
porque son tantos los pliegos
que justifican sus daños;
al horno como rebaño 
s'está chupando los dedos.



(De Décimas recogidas en Violeta del pueblo, 1976)


En la antología "Poesía soy yo.
Poetas en español del siglo XX (1886-1960)

miércoles, 15 de mayo de 2024

Violante do Ceo. Si apartada del cuerpo la dulce vida...

Si apartada del cuerpo la dulce vida,
domina en su lugar la dura muerte,
de que nace tardarme tanto la muerte,
si ausente del alma estoy, qué me da vida?
   
No quiero sin Silvano ya tener vida,
pues todo sin Silvano es viva muerte,
ya que se fue Silvano, venga la muerte,
piérdase por Silvano mi vida.
   
Ah! Suspirado ausente, si esta muerte
no te obliga [a] querer venir a darme vida,
cómo no me viene a dar la misma muerte?
   
Mas si en el alma consiste la propia vida,
bien sé que si me tarda tanto la muerte,
que es porque sienta la muerte de tal vida.



En la antología "El canto de la décima Musa.
Poesías del Renacimiento y el Barroco"

martes, 14 de mayo de 2024

Teresa Wilms. XXXV

Frente a mi ventana cerrada pregunto al tiempo cuán-
to más he de vivir.
Las  sombras  anegan  mis  persianas, y apenas marca
una delgada raya la claridad.
El reloj tiene titubeos de corazón enfermo.
En un gesto convulsivo se crispan mis manos sobre el
papel.
Buscar el apoyo de la tierra.



De "Anuarí"

lunes, 13 de mayo de 2024

Teresa de Cepeda. Ya toda me entregué y di...

Ya toda me entregué y di,
y de tal suerte he trocado,
que es mi Amado para mí,
y yo soy para mi Amado.

Cuando el dulce Cazador
me tiró y dejó rendida,
en los brazos del amor
mi alma quedó caída,
y cobrando nueva vida
de tal manera he trocado,
que es mi Amado para mí,
y yo soy para mi Amado.

Hirióme con una flecha
enherbolada de amor,
y mi alma quedó hecha
una con su Criador;
ya yo no quiero otro amor,
pues a mi Dios me he entregado,
y mi Amado es para mí,
y yo soy para mi amado.



De la Antología de poetisas españolas
Tomo I: hasta 1900
Selección de Luzmaría Jiménez Faro.
Ed. Torremozas

domingo, 12 de mayo de 2024

Susana March. Sí; yo me moriré...

Sí; yo me moriré. Me iré muriendo
callada y diariamente.
Mis labios y mis ojos
y esta llama gigante que me abrasa la frente.
Sí; yo me moriré. Vendrán los jóvenes
con sus sueños antiguos y recientes.
Otra muchachas, como yo, cantando,
dirán al mundo su dolor ardiente.
Pero yo moriré. Me iré sin ruido;
no dejaré memoria entre la gente.
-"Susana March? Quién era?"- Allá, en mi tumba,
se irá borrando el nombre lentamente.
Y pasarán los siglos como un viento
desatado y potente,
se mudarán los hombres y las cosas, 
vendrán otras ideas y otros seres.
Pero mi corazón atormentado
se aferrará a la vida
en cada rama verde
y gritará: "Yo soy!
Reconocedme!"



(De Ardiente voz, 1948)


En la antología "Poesía soy yo.
Poetas en español del siglo XX (1886-1960)"

sábado, 11 de mayo de 2024

Sor Juana Inés de la Cruz. Amor empieza por desasosiego...

Amor empieza por desasosiego,
solicitud, ardores y desvelos;
crece con riesgos, lances y recelos;
susténtase de llantos y de ruego.

Doctrínanle tibiezas y despego,
conserva el ser entre engañosos velos,
hasta que con agravios o con celos
apaga con sus lágrimas su fuego.

Su principio, su medio y fin es éste:
¿pues por qué, Alcino, sientes el desvío
de Celia, que otro tiempo bien te quiso?

¿Qué razón hay de que dolor te cueste?
Pues no te engañó amor, Alcino mío,
sino que llegó el término preciso.



viernes, 10 de mayo de 2024

Sofía Casanova. Ni fe!

Cuando llegó del áspero sendero
a la cumbre distante,
halló en vez del albergue apetecido,
tan solo abrumadoras soledades.

Cuando, sin fuerzas ya, llegar creía
de la jornada al fin, miró el camino
roto por la mitad cortado el paso
por la negrura del abierto abismo.

Vacilante cayó junto a unas rocas,
vencida el alma, de su cruz al peso.
La fe le hizo buscar aquel calvario
y allí no estaba lo que vio su anhelo.

Brotó la sangre de su planta herida
y no pudo avanzar en el camino;
pensó en retroceder, y heló sus ojos
una impotente lágrima de hastío.

Rindiose al desaliento su alma noble,
y, al sentir su esperanza que moría,
dijo: Fe en lo ideal que no alcanzamos,
ay! tú también amargas nuestra vida.



En la "Antología de poetas españolas.
De la generación del 27 al siglo XV"