Desde que naces estás sola.
De nada te sirven los dioses
que tus ojos adivinan distantes.
Golpeando tu puerta al alba, te ofrecen
la luz de un Sol que nace.
Tus ojos heridos se cierran
buscando luz purificante.
De "Poemas para sobrevivir"
En "Más allá del silencio"
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