jueves, 31 de octubre de 2024

Silvina Ocampo. Promesa

Seale them this bill of my
Divorce to All
John Donne, A Hymne to Christ.

Han de buscar la forma de tus labios
en un helado vidrio mis dos manos
y en el fondo indeciso de tus reinos
con un antiguo río, en el silencio
mis ojos las distancias de tus sombras
donde se extinguen todos los favores.
Querer vivir es todavía amarte
en lugares que creemos alejados
de tu mirada oscura y persistente
que en la pasión acude a tus secretos.
Entrarás en mi pecho ávidamente
como el fulgor letal del armamento
nocturno entre los árboles felices,
como el amor a veces, como el frío.
Los racimos azules de tu frente
irradiarán la luz que entrega el sueño,
tus silencios los lazos de amatista
que el oro de los árboles aflige.
Arcángel del abismo y del veneno,
de los mares profundos y del fuego
del lamento que entrega al viento gritos
de plantas y de pájaros heridos!
Me otorgarás la impávida blancura
que escoltará mi cuerpo con sus túnicas,
la posibilidad de revivir
en los campos que sueñan la alegría.
En el crepuscular desierto pálido
de una ciudad te buscaré temblando
para hallar en tus labios el delirio
de la perfecta soledad y el tibio
renacimiento dulce de palabras
que desconocen todos los mortales.
Conoceré tu palidez, tus llamas
y en los pliegues amados de tus faldas,
imperturbable esconderé mi rostro
en donde no podrá alcanzarlo el sol.
Ya las noches de Alcmena son efímeras,
los amores de Piramo y Tisbe
sombríos como el barro se deshacen.
y el delirio inclemente de Casandra
se apaga entre las rosas de la Biblia
y los brazos de Leda, esos dos cisnes
sobre el cuello del cisne, ya se mueren.
Todo podrá borrarse al mismo tiempo.
Oscuras como páginas de historia
van muriendo las caras de mis hijos,
y las sombras de Mario y Yugurta
en un poema inglés se alejan juntas,
entran en la elegía de Propercio
mezclándose a los metros de otros versos.
Se junta y se disuelve todo amor
como en un blanco lecho de gladiolos.
Sobre los vastos mármoles del tiempo
donde no queda el agua ni la tierra
quiero seguir mi vida enamorada
en las ciudades hondas que preparas.
Así acude la noche a las ventanas
para esconder los ojos que han llorado.
Así acude la luz sobre las cumbres
para borrar el alto hielo duro.
Así acude la piedra en el abismo
alcanzando con su odio la alegría.
Rosa estival de los adioses! Cúpulas
donde duermen los últimos perfumes!
Memorias de la dicha hallada en versos!
Suavidades que vienen del invierno.
Ríos, montañas, mares dulces, pájaros
cuyas canciones claras en los campos
me hicieron creer en Dios y no en tu sombra
que me deslumbra triste, con amor.
En tu elaboración secreta y pálida
has de borrar las líneas de mis manos.
Y mi agradecimiento será largo:
contigo asistirá al juicio final.
Me tornaré más suave que la arena
más sutil que las formas del relente
y más imperturbable que las aguas
de un lago por el viento abandonado.
  


De la "Antología esencia


miércoles, 30 de octubre de 2024

Tania Ganitsky. Pájaro de fuego

Dejé entrar a un pájaro de fuego.
   
Apagué la luz
para vaciar el espacio
y sólo verlo a él. 
   
Voló sin quemar el silencio,
un pájaro 
de llamas inofensivas.
  
Si el fuego no se propaga,
el agua no puede
apagarlo, dijo la bruja.
   
Desafiante,
me mojé las manos
y le rocié el ala que más ardía. 
   
Ahora guardo
un pájaro herido
que no come de mi mano
   
en una caja de madera
que no se quema.



En "Pájaros de sombra. Diecisiete poetas colombianas (1989-1964)"
    

martes, 29 de octubre de 2024

Sara Torres. Háblame

HÁBLAME 
aún no tuvimos tiempo
para hacer
todas esas cosas bellas



De "El ritual del baño"

lunes, 28 de octubre de 2024

Rosario Castellanos. Amanecer

Qué se hace a la hora de morir? Se vuelve la cara a la pared?
Se agarra por los hombros al que está cerca y oye?
Se echa uno a correr, como el que tiene
las ropas incendiadas, para alcanzar el fin?

Cuál es el rito de esta ceremonia?
Quién vela la agonía? Quién estira la sábana?
Quién aparta el espejo sin empañar?

Porque a esta hora ya no hay madre y deudos.

Ya no hay sollozo. Nada, más que un silencio atroz.

Todos son una faz atenta, incrédula
de hombre de la otra orilla.

Porque lo que sucede no es verdad.



De "Poesía no eres tú"



domingo, 27 de octubre de 2024

Yenny León. La niña se hunde...

Yeti, no todas las palabras
condenan a muerte.
Wislawa Szymborska

la niña se hunde
en el cuarto silencio más largo de la tierra
   
pasa el día 
encerrada en una burbuja de fuego
   
el yeti se sacude 
   
hasta el círculo diminuto
deja huellas de herrumbre
   
la piedra calla
contra la lluvia.


En "Pájaros de sombra. Diecisiete poetas colombianas (1989-1964)"
    

sábado, 26 de octubre de 2024

Pita Amor. Empiezas como ilusión...

Empiezas como ilusión
e invades el pensamiento,
siendo ya un suplicio lento
y una creciente obsesión.
Vas perdiendo el corazón,
las entrañas exaltando,
los pulsos precipitando,
y con tu fuego esclavizas,
y aún ya muerto, tus cenizas
la vida van abrasando.



De "Otro libro de amor"

viernes, 25 de octubre de 2024

Pino Ojeda. Tu soledad

Desde que naces estás sola.
De nada te sirven los dioses
que tus ojos adivinan distantes. 
Golpeando tu puerta al alba, te ofrecen
la luz de un Sol que nace.
Tus ojos heridos se cierran
buscando luz purificante. 



De "Poemas para sobrevivir"
En "Más allá del silencio"
     

jueves, 24 de octubre de 2024

María Gómez Lara. Contratono

único tono
el agua contra el agua
Blanca Varela
   
aprendimos
a despertar en medio de la noche
con el ruido del agua
   
conocíamos la errancia 
de hace años         nuestro sueño era frágil
   
los ojos entrecerrados casi abiertos dormíamos
como quien vela
   
atentos al derrumbe
las manos en la cabeza
por si los escombros
y los pies alzados
            ya para correr
   
pero una madrugada gota
a gota
    lo intuimos
   
oímos resonar 
el nuevo escape
   
algo nos cantaba 
en contratono 
   
que esta vez huir 
sería quedarse



En "Pájaros de sombra. Diecisiete poetas colombianas (1989-1964)"

miércoles, 23 de octubre de 2024

Olga Orozco. La abuela

Ella mira pasar desde su lejanía las vanas estaciones,
el ademán ligero que con idénticos días se despiden
dejando sólo el eco, el rumor de otros días apagados
bajo la gran marea de su corazón.
   
De todos los que amaron ciertas edades suyas, ciertos gestos,
las mismas poblaciones con olor a leyenda,
no quedan mas que nombres a los que a veces vuelven como a un sueño
cuando ella interroga con sus manos el apacible polvo de las cosas
que antaño recobrara de un larguísimo olvido.
Sí. Ese siempre tan lejos como nunca,
esa memoria apenas alcanzada, en un último esfuerzo,
por la costumbre de la piel o por la enorme sabiduría de la sangre.
   
Ella recorre aún la sombra de su vida,
el afán de otro tiempo, la imposible desdicha soportada;
y regresa otra vez,
otra vez todavía, desde el fondo de las profundas ruinas,
a su tierna paciencia, al cuerpo insostenible, a su vejez,
igual que a un aposento donde sólo resuenan las pisadas de los antiguos huéspedes
que aguardan, en la noche, el último llamado de la tierra entreabierta.
   
Ella nos mira ya desde la verdadera realidad de su rostro.
   

    
De "Desde lejos"
En "Poesía completa"
   

martes, 22 de octubre de 2024

Nuria Parés. IV

A quíén diré mi cantar?
Madre, si cantar no puedo
en alta voz
a quién diré mi cantar?
A quién diré mi cantar
madre, si el cantar es quedo
porque las palabras tienen
ante su sonido miedo?...
A quién diré mi cantar?
A quién diré mi cantar,
madre, que escuche el silencio?



De "Romances de la voz sola"
En "Colofón de luz"

lunes, 21 de octubre de 2024

Natalia Sosa. 21 de marzo

Al mirarme al espejo esta mañana
recorrí con mis dedos los dos ojos absortos
en el cristal de luz. Iban bajo los párpados 
marcando cercados oscurísimos, altos muros
de soledad y tristeza, como profundos
ríos desnudos de ramaje. Casi no pude verme.
Para no herirme, volví hacia la ventana la mirada.
Un pálido sol iluminaba el cielo,
la calle, el vacío integral que más tarde
me absorbería. Y, pensativa, con los labios
fruncidos aún por la sorpresa, me vestí
pobremente para ir toda yo acorde con mis ojos.
Y salí al frío de marzo. Nacía la primavera
y todo empezaba ya a desperezarse. Sólo yo
me recluía en el tenaz invierno del espejo.



De "Autorretrato"
En "No soy Natalia"

domingo, 20 de octubre de 2024

Miriam Reyes. Contengo toda manifestación externa...

Contengo toda manifestación externa
que pudiera desplazarles
del centro estelar del desamparo.
Respeto su dolor vigilo sus egos
sé que no guardan un minuto de silencio
aunque mudas sus bocas apretadas
aíslen el sonido.

Para llorar me encierro en el baño
mi pequeño reino blanco mi búnker mi capilla
mi altar con lavamanos.

Mi habitación propia.

Al otro lado del espejo se inundan las flores.
Abrazo la madera.



De "Desalojos"
     

sábado, 19 de octubre de 2024

María Zambrano. Mi alma o un lucero?...

Mi alma o un lucero?
Qué oscura galería me espera,
por qué agujeros he de deslizarme,
qué laberinto me está ya preparado, 
qué cepo, qué cadenas, qué grillos,
qué humo siniestro ha de envolverme, qué paredes de niebla me dislocan.
Y no podré llorar. Dónde están las manos que recogen el llanto?, la mano, la caricia.
Atrás queda el misterio.
Despierta. Todo está ahí de nuevo. No hay secreto.



De "Poemas"

viernes, 18 de octubre de 2024

María Luisa Muñoz de Buendía. Yo tengo mi sepultura

Yo tengo mi sepultura
en mi mismo corazón,
un rosal cubre la tumba,
un rosal sin una flor,
que las flores
brotaron de tus amores
y tu amor ya se secó.
yo llevo mi sepultura
dentro de mi corazón!



En la antología "Peces en la tierra"

jueves, 17 de octubre de 2024

María Cegarra. 60

Asomamos nuestras miradas al camino del sol sobre el mar.
La tarde se iba, náufraga.
-Qué quieres ser, el agua o la luz?
Lo que no seas tú, para encontrarnos.



De "Cristales míos"

miércoles, 16 de octubre de 2024

María Beneyto. Libros

Se morirá entre ellos. Libros nuevos
y libros amarillos, (catedrales
y mínimas cabañas). Los amaba
desde que supo leer letras y signos
alrededor de corazón y mente,
y ya se supo víctima propicia
para su encantamineto y clausura.
Se morirá entre ellos, compañeros,
refugio, límite, esperanza, brazos
de lo invisible que se acerca y dice
que ante la soledad está el remedio
de rehuirla, con ellos, que amontonan
su compañía, su invasión. La muerte
tendrá páginas, letras que ellos mismos
le cederán sin duda: amor callado,
amor correspondido, amor de siempre.
Libros que quedarán en desamparo,
sin ojos que traduzcan del silencio
sus corazones, cuando se les vaya
y no les pueda acarrear consigo.



De "Día del espectador"

martes, 15 de octubre de 2024

Margarita Ferreras. 6

No moriré mientras tú vivas.
Desesperadamente
mis raíces se alargan.
Eres agua y te busco.
Me revuelco como un pez en la tierra
cuando tú pasas.



De "Pez en la tierra"


lunes, 14 de octubre de 2024

Lucía Sánchez Saornil. Nocturno de cristal

Los cisnes
cobijan la luna bajo sus alas.
Quién ha sembrado el fondo negro
de anzuelos de oro?
Las hojas de los árboles
sobre el estanque sueñan
con un viaje a ultramar.
Me ha tentando el suicidio
y al mirarme en el espejo
me ha espantado mi doble
ahogándose en el fondo.



De la antología "Peces en la tierra"

domingo, 13 de octubre de 2024

Julia Prilutzky Farny. Diálogo con la soledad

III

Voz que siento surgir como una espina
y retorcerse luego, como llama;
que quieres verdecer como una rama
pero hielas tu savia, y no germina.

Ah, trasciende de mí, sin disciplina:
vuélcate en la tormenta cuando brama:
no defraudes al eco que reclama
tu resonar de alerta en la neblina.

Voz que quieres cantar, y te detienes,
voz que quieres gritar y te contienes,
oscura voz de todas las mujeres.

No; ya no te retengo. Ya no lucho,
inútil voz que yo tan sólo escucho:
brota de mí. Y contra mí, si quieres.




De "Sonetos"
En "Antología del amor"

sábado, 12 de octubre de 2024

Julia de Burgos. Amanecida

Soy una amanecida del amor...

Raro que no me sigan centenares de pájaros
picoteando canciones sobre mi sombra blanca.
(Será que van cercando, en vigilia de nubes,
la claridad inmensa donde avanza mi alma.)

Raro que no me carguen pálidas margaritas
por la ruta amorosa que han tomado mis alas.
(Será que están llorando a su hermana más triste,
que en silencio se ha ido a la hora del alba.)

Raro que no me vista de novia la más leve
de aquellas brisas suaves que durmieron mi infancia.
(Será que entre los árboles va enseñando a mi amado
los surcos inocentes por donde anduve, casta...)

Raro que no me tire su emoción el rocio,
en gotas donde asome risueña la mañana.
(Será que por el surco de angustia del pasado,
con agua generosa mis decepciones baña.)

Soy una amanecida del amor...

En mí cuelgan canciones y racimos de pétalos,
y muchos sueños blancos, y emociones aladas.

Raro que no me entienda el hombre, conturbado
por la mano sencilla que recogió mi alma.
(Será que en él la noche se deshoja más lenta,
o tal vez no comprenda la emoción depurada...)
  



viernes, 11 de octubre de 2024

Juana de Ibarbourou. Enredadera

Seré benéfica y mínima
Como la flor de la salvia
Si tú me dejas seguirte
Y estar contigo en tu casa.

Cuando tú quieras silencio
Seré silencio yo misma
Haré más lentos mis pulsos,
Haré callada la risa,
¡Y he de ser como una sombra
Que a tu costado se ovilla!

Cuando vuelvas de la calle
Hastiado, amargo, sediento,
Como agua clara del río
Será para ti mi cuerpo.

Y almohada de trébol nuevo,
Mi brazo, para tu nuca.
Sobre tu sienes ardientes,
Frescas, mis manos desnudas.

Deja que sea a tu lado
Como una sombra ligera,
Una sombra que tuviese
Fragancia de madreselva.

¡Sueño ceñirme a tu vida
igual que una enredadera!
  
     
     
   
En una antología


jueves, 10 de octubre de 2024

Josefina de la Torre. El murmullo de la playa

El murmullo de la playa
entra a oscuras
por la ventana cerrada,
entre las maderas
verdes, apretadas.
Y se llena la estancia
de olor de arena húmeda,
de mar y de luna blanca.



De "Versos y estampas"
En "Poesía completa. Volumen I (1916-1935)"

miércoles, 9 de octubre de 2024

Idea Vilariño. Carta III

Querido
no te olvides
de que te espero siempre
cada noche te espero
estoy aquí 
no duermo
no hago nada sino eso
te espero
te espero.
Da la una.
Cierro entonces la puerta
el amor
la esperanza
y en la sombra
en la noche
con los ojos desiertos
miro sin ver
sin quejas
sin pena
la pared.
Duramente la miro
hasta que viene el sueño.



En "Poesía completa"
 
 

martes, 8 de octubre de 2024

Ida Vitale. Jardín de sílice


    Si tanto falta es que nada tuvimos
    Gabriela Mistral

Ahora
hay que pagar la consumición del tiempo,
sin demora,
           gastado arrebato
en andar por un jardín de sílice.
Aramos otra vez el mismo surco
para la fertilidad de la desdicha
y la letra,
            el silencio
van entrando con sangre.

Años vendrán para pacer palabras
como pastos oscuros,
echar a arder pequeñas salamandras,
todos los exorcismos,
apenas memoriales donde hubo un aire libre,
ya no lugar común,
                  que nadie
en el miedo de las encrucijadas
sueña o lee.

Vagos vagones cruzan
                     hacia
un pasado que pulveriza las raíces,
que alisa el luto
                  y nos despide.



De "Jardín de Sílice"
En la antología "Cerca de cien"
  

lunes, 7 de octubre de 2024

Claribel Alegría. Mordedura

La tristeza es más triste
cuando nace del gozo
de aquel gozo esfumante 
que compartí contigo
y me muerde a mí sola
cuando menos lo espero.


De "Soltando amarras"

domingo, 6 de octubre de 2024

María Mercedes Carranza. Guión para una escena de Antonioni

Frente al espejo,
diálogo caprichoso,
recorro las arrugas de mis ojos.
Mi piel, el gesto de la boca,
son los días que he vivido,
ahora de repente abreviados
en la imagen que veo en el espejo.
Como vinendo de muy lejos,
toco con la yema de los dedos
todos los años
que en mis párpados son,
parpadeo,
el asombro primero,
luego el qué le vamos a hacer
se reflejan en el espejo.
Pienso, antes de ponerme polvos,
que aún no he comenzado
y ya estoy por terminar.
La vida no me espera ahora,
como hace algunos años
en la esquina,
ni yo corro a buscarla
donde pueda estar.
Por tanto,
me sonrío, otra vez en el espejo,
y conmigo sola
me congo a dialogar contigo.



De "Tengo miedo"
En "Poesía completa"


sábado, 5 de octubre de 2024

Piedad Bonnett. Tu nombre

Cuando el dolor ha triturado ya el último hueso de mi noche
y sólo habla el silencio al corazón insomne que hila y deshila penas y memorias
viene tu nombre hasta mi cuarto a oscuras.
Con un galope seco viene tu nombre abriendo
un camino entre nieblas
instaurando sus voces sus redobles 
sus erres que retumban como un grito de guerra
su bronco acento de campana rota.
Tu nombre es tantas cosas:
el recuerdo de un barco que viene de ultramar y sus tercos marinos
el fuego entre la piedra
gota roja
que va tiñendo la pared del alba.
En él puede escucharse la voz de los que creen
con mística implacable y fe colérica.
Pero es también dulzura tu nombre
muro blanco donde mi mano traza los signos del sosiego
lugar donde recuesto mi cabeza.
   
Entre tu nombre y tú sin embargo un silencio
una grieta nocturna donde anidan los pájaros.



De "Todos los amantes son guerreros"
En "Poesía reunida"
   

viernes, 4 de octubre de 2024

Concha Méndez. Nocturno

A Carmen Conde
   
En el corazón del aire
    una azucena de sangre.
   
Por el mar van barcas negras.
Nadie sabe adónde van.
Sus marineros no cantan.
Dicen que muertos están.
   
En el corazón del aire
-qué bien lo siento latir!-
una azucena de sangre.



De "Canciones de mar y tierra"

jueves, 3 de octubre de 2024

Silvia Pato. 6

Era verano y nevaba.
   
Caían los copos afuera,
mientras las horas transcurrían 
con las agujas del reloj detenido
en ese instante en que asestó 
la puñalada.
   
Nevaba y era verano.
   
El sol era una utopía;
sus rayos, sombras de un tiempo
en el que viví contigo;
y, en las ventanas, la nieve presente
se acumulaba.
   
Cómo nevó aquel verano,
cómo nevó aquel estío. 
El invierno prolongado de tu ausencia 
fue destino.
Era verano y nevaba
y ya ni estabas conmigo.



De "Poemas del naufragio"
   

miércoles, 2 de octubre de 2024

Idea Vilariño. El olvido

Cuando una boca suave boca dormida besa
como muriendo entonces,
a veces, cuando llega más allá de los labios
y los párpados caen colmados de deseo
tan silenciosamente como consiente el aire,
la piel con su sedosa tibieza pide noches
y la boca besada
en su inefable goce pide noches,  también.
Ah, noches silenciosas, de oscuras lunas suaves,
noches largas, suntuosas, cruzadas de palomas, 
en un aire hecho manos, amor, ternura dada,
noches como navíos...
Es entonces, en la alta pasión, cuando el que besa
sabe ah, demasiado, sin tregua, y ve que ahora
el mundo le deviene un milagro lejano,
que le abren los labios aún hondos estíos,
que su conciencia abdica,
que está por fin él mismo olvidado en el beso
y un viento apasionado le desnuda las sienes,
es entonces, al beso, que descienden los párpados,
y se estremece el aire con un dejo de vida,
y se estremece aún 
lo que no es aire, el haz ardiente del cabello,
el terciopelo ahora de la voz, y, a veces,
la ilusión ya poblada de muertes en suspenso.



De "La suplicante"
En "Poesía completa"
   

martes, 1 de octubre de 2024

Blanca Varela. Epitafio

Esto es hoy,
algo perdido.
   
Brilla el césped.
Cae una hoja
y es como la señal esperada
para que vuelvas de la muerte
y cruces con resplandor 
y silencio de estrella
mi memoria.


De "Luz de día"
En "Poesía completa"