Que nadie venga a mi lado.
En el polvo del camino
quedó mi amor malherido
mi dolor enamorado.
Quedó la luz en la sombra,
la rosa en el agua muerta
y en el verdor de la huerta
sin voz se quedó la alondra.
Que nadie venga a mi lado.
En los pinares sombríos
se escucha el llanto del río
sobre las piedras alzado.
Quedó en el color del cielo
el oro de la labranza
y una furiosa avalancha
de pájaros en desvelo.
Que nadie venga a mi lado,
que tengo presa en mi boca
la flor amarilla y loca
del dolor enamorado.
De "Cristal"
En "Sombra de rebeldía"
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