viernes, 31 de mayo de 2024

Luisa de Carvajal y Mendoza. Sentimientos de ausencia

Dulce y fiel esperanza,
mi Cristo, mi Señor, y mi deseo;
qué bienaventuranza,
qué gusto o qué recreo
podrá para mí haber donde no te veo?
Encerrado en mi pecho,
de ausencia y del amor fuego tan fuerte 
me ha puesto en tal estrecho, 
que un punto de no verte
me es de mayor dolor que el de la muerte.
Porque sin ti mi vida
queda, cual la del pez, sin su elemento,
hasta que socorrida 
de tu presencia, siento
vuelto en deleite y gloria mi tormento.
Baste, mi bien, te ruego
no te tardes ya más en socorrerme,
pues ves, Señor, que llego
a un extremo, que en verme
se juzgará que vas a deshacerme.
Rompe esta tenebrosa 
nube, que de mil modos me atormenta,
con tu vista gloriosa,
y apaga la sedienta 
congoja que me aflige y desalienta.
Que cuando reverbera 
la rutilante luz de tu hermosura,
mi Invierno en Primavera 
se trueca, y su secura 
en dulce y amenísima frescura.



En "Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVI"



jueves, 30 de mayo de 2024

Sor María de la Antigua. Romance IV

Entre el incendio de amor
y los regalos del alma,
que solo sabrá decirlos
el amante que los causa;
entre las caricias tiernas
y palabras regaladas
que sin pronunciar se dicen,
propio efecto de quien ama;
dentro en el corazón tierno,
donde tuvo principio el alma
en la eternidad del sol,
que conoce su sustancia;
en aquel silencio dulce,
que da la corriente del agua,
del pecho, que abrasa amor,
y da dos fuentes la cara;
entre violetas hermosas 
y azucenas regaladas,
que publican casto amor
en el pecho de la amada,
da un alma suspiros tiernos
salidos de las entrañas,
porque su Amante divino
todo el mundo no le ama.
Le dice: mi solo bien,
mi vida dulce y amada,
cómo vivirá tu sierva
viendo los pocos que os aman?
Cómo puede descansar
en Vos, centro de mi alma,
si sé que no sois amado
como lo piden mis ansias?
Centro de mi paraíso, 
amado bien de mis ansias,
dadme las almas del mundo,
que para Vos todo es nada.
Como soy cosa tan poca,
y Vos tan grande sustancia,
hallo que el amor de todos
aún no puede amarte nada.
Y como veo la gente
de tu amor tan descuidada,
se me arde el corazón 
por quitarles lo que aman.
Ando de noche y de día 
imaginando mil trazas,
para la restitución 
del amor que os debe el alma.
Mas como por mis pecados
en blanco las veo tornadas,
vuelvo a quejarme a mi blanco
del amor que me las causa.
Porque no hallo consuelo
sino en sola tu palabra;
pues me dijiste en maitines, 
yo cumpliré tu demanda.



En "Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVI"


miércoles, 29 de mayo de 2024

Hipólita de Narváez. II

Se fue mi sol, y vino la tormenta
(que yo no espero de su ausencia menos),
y el cielo turquesado sus serenos
ojos cubrió, obligado de la afrenta.
Un acento tristísimo revienta
entre los vientos, de tinieblas llenos;
tiemblan las nubes con los roncos truenos,
arden los campos, el temor se aumenta.
Salió mi Sol y de dorados jaspes 
vistió su oriente, y de esmeraldas finas 
los altos montes y las llanas tierras;
bordó las vagas nubes de giraspes, 
sudaron rubias mieles las encinas
y blanca leche las azules sierras.



En "Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVI"


martes, 28 de mayo de 2024

Concha Lagos. Con certera mirada

I

De limpio visto el corazón, que en el agobio del quehacer,
estuvo falsamente atareado.
Como pájaro o simple nubecilla
agita su contento, pero templadamente.
   
El aleteo de este mar gorgea. 
En todo su latir se oye,
porque todo es altar y templo, donde el mirar
ensancha su aleluya.
   
La espabilada brisa nos refresca el sentir
hasta llevarnos puntuales
a la hora exacta de la bien venida,
del hosanna más alto
y el corazón, paloma,
en místico zureo lo bendice.



De "Teoría de la inseguridad"

lunes, 27 de mayo de 2024

Ana Istarú. XXIX

No está sentado a la derecha.
No me prohíbe ni me arrasa ni me encierra. 
No tuvo un látigo, no sabe de la cuerda. 
No prende al negro. 
No sucumben sus pies en unas botas. 
No juzgaría a aquel gorrión innecesario.
No lo humilla el viaje a la cebolla.
No puede hacer su flor bajo el tirano.
   
Vino a este sitio del sudor como nosotros.
Me trajo las dos alas.
Esa bala que fue hasta el transeúnte lo parte amargamente.
Sangra en el árabe. 
Su corazón se roja como un cántaro en la guerra.
Pone a parir la luz sobre su lienzo.
Está dorando el ajo como un astro.
Vive de pie a la izquierda ahora y en la hora. 
   
Desde entonces no salgo de la estación del celo.



De "La estación de fiebre"
En "La Estación de Fiebre y otros amaneceres"

domingo, 26 de mayo de 2024

Lauren Mendinueta. Safo

Soy la tumba de la náufraga,
delante de mí está el mar.
Soy toda su agua y la ahogada.
No me busques en la tierra 
donde se pudren los huesos.
Soy nadie y la tumba de nadie:
soy el mar entero. 



De "Vivir tan adentro"


sábado, 25 de mayo de 2024

Emilia Pardo Bazán. Jaime

XIV

En un rosal de mi huerto
un jilguero labró nido
y con noble confianza
en el sitio más florido,
más central y descubierto,
colgó el lecho de esperanza.
   
Delicado huevecillo
puso allí, como una perla
que entre flores se cuajase;
y voló después, sencillo,
sin recelo de que, al verla,
su postura le robase.
   
Haces bien, ave del cielo,
que no cabe a tus amores
asechanza en mí ninguna;
ven, incuba tu polluelo,
que tu nido está en las flores,
y en mi cuarto está la cuna.



En "Las frases frágiles"


viernes, 24 de mayo de 2024

Pino Betancor. Muchacha sin nombre

A Natalia Sosa Ayala,
por su libro Muchacha sin nombre

Muchacha sin nombre 
tú misma te llamas,
pero tienes nombre
de rosa escarchada,
   
de nube ligera,
de lluvia, de algas.
Tu nombre es de río 
piedra lisa y blanca.
   
Muchacha sin nombre
tú misma te nombras.
Pero tienes nombre
de olivo y de alondra.
   
De pálida estrella,
de canción remota.
Tu nombre es de hierba
cortada a la aurora.
   
Muchacha sin nombre...
Y tu nombre estalla
en versos que tienen
el rumor del agua.
   
Del aire nocturno 
la oculta fragancia.
Tu nombre es de arena
desértica dalia.
   
Muchacha sin nombre,
y qué cosa extraña
si cuando te nombro 
te llamo distancia. 
   
Y tú estás tan cerca,
tan cerca y tan clara...
Tu nombre es ternura
y mi voz te abraza.



De "La rosa y el resplandor"
En "Sombra de rebeldía"
   

jueves, 23 de mayo de 2024

Sara Torres. Un cuerpo triste...

Un cuerpo triste
obedece la norma
sin creer en ella



De "Deseo de perro"


miércoles, 22 de mayo de 2024

Eva Gallud. Vuestro tiempo es otro...

vuestro tiempo es otro
mucho más duradero 
inmediato el roce de la ruina
donde llega a término mi voz
y se deshace



De "Letanía del frío"

martes, 21 de mayo de 2024

Estefanía Cabello. XXIII

A mí misma, en la edad previa

Llegará el día en que un pájaro lisonjero 
se pose en tu plato.
No habrá más espacio para el desasosiego.
   
La paz prepara ya la última conquista
mientras extiendo hacia ti
estas torpes palabras.
   
Recuérdalo: muy pronto sabrás por la esperanza 
que el amor no era esto.
   
Hasta entonces, besa tu cuerpo y tus años
-son tuyos, no de nadie-,
limpia el vuelo y el alma;
disponte tú misma para la alegría. 



De "Muchacha con mirlo en las manos"

lunes, 20 de mayo de 2024

Piedad Bonnett. Tiempo

Cada vez más lejano lo lejano.
El hoy
es un colibrí trémulo en el aire
y el aire es la materia del mañana.
Ayer, ayer me estoy buscando y me extravío 
por cuartos en penumbra y corredores
donde hace siesta el sol de los geranios.
Ayer estoy de vuelta y esculcando 
en los rincones todos de mis días 
a ver si estoy allí, qué cara tengo
sentada en la cocina, junto al fuego,
pero sólo me mira una niñita
comiéndose su pan. En el patio empedrado
el tiempo ha muerto antes de haber nacido.
El hoy
es un colibrí trémulo en el aire
y el aire es la materia del mañana.



De "Nadie en casa"

domingo, 19 de mayo de 2024

Claribel Alegría. Invitación

No sé qué mares 
ríos 
o secretos pasajes
tendrás que atravesar
pero te espero hoy
hacia el ocaso
a que escuchemos juntos
una fuga de Bach.



De "Saudade"


sábado, 18 de mayo de 2024

Ajo. 4

Siempre siempre siempre siempre siempre
siempre siempre siempre siempre siempre
y aún así me parece poco.



De "Micropoemas 2"

viernes, 17 de mayo de 2024

Winett de Rokha. Freud y la luna sin ojos

Estaba mi corazón extasiado
frente a los olvidos,
y mis manos de sombra
se calentaban aún en los rescoldos de la luna.

Lava del siglo dominador del aire,
arrastraba pupilas y voces agazapadas.

Mi sensibilidad de laboratorio,
marcaba, como un reloj, la hora postrera,
en que todas las cosas vuelven a la infancia.

Sobre mi cara de alba estremecida,
la ecléctica de las últimas lágrimas...



De "Fotografía en oscuro"

jueves, 16 de mayo de 2024

Violeta Parra. A los dos años cumplidos

A los dos años cumplidos, 
curada ya de mi mal, 
tropiezo con un animal
de misteriosos aullidos. 
Violeta, me has conmovido 
los huesos hasta la médula
y hasta la última célula
que tejen mi cuerpo humano, 
deja tomarte la mano
muy limpia tengo mi cédula. 
   
Yo que ando por este mundo
más triste que un alma en pena
me retumbaron las venas
de verlo tan iracundo, 
después tan meditabundo 
que pienso que no m'engaña,
pero esta maldit'araña
al mes de su juramento
me niega su sentimiento
dejando brillar sus mañas. 
   
Cómo es posible, me digo, 
Que siendo yo tan pequeña
Se me descarguen las peñas 
Y siempre me quede al frío;
qué tienes, amigo mío, 
En contra de mi esqueleto, 
Entre sollozos lo reto 
Y le hago ver su mudanza, 
Le digo sin más tardanza:
No sabes lo qu'es respeto. 
   
Empieza nuevamente
mi corazón la batalla, 
el hombre es una muralla
de piedras omnipotente;
por qué tu cuerpo consiente
los golpes de tal martillo?
Quien lo maneja es un pillo
criado en los callejones, 
palabras de maricones
y sangre de vinagrillo.
   
Vergüenza tengo, lectorio,
delante de mis pecados
que no tendrán los malvados
vergüenza de su velorio, 
no saben de q' el demonio
está preparando el fuego
porque son tantos los pliegos
que justifican sus daños;
al horno como rebaño 
s'está chupando los dedos.



(De Décimas recogidas en Violeta del pueblo, 1976)


En la antología "Poesía soy yo.
Poetas en español del siglo XX (1886-1960)

miércoles, 15 de mayo de 2024

Violante do Ceo. Si apartada del cuerpo la dulce vida...

Si apartada del cuerpo la dulce vida,
domina en su lugar la dura muerte,
de que nace tardarme tanto la muerte,
si ausente del alma estoy, qué me da vida?
   
No quiero sin Silvano ya tener vida,
pues todo sin Silvano es viva muerte,
ya que se fue Silvano, venga la muerte,
piérdase por Silvano mi vida.
   
Ah! Suspirado ausente, si esta muerte
no te obliga [a] querer venir a darme vida,
cómo no me viene a dar la misma muerte?
   
Mas si en el alma consiste la propia vida,
bien sé que si me tarda tanto la muerte,
que es porque sienta la muerte de tal vida.



En la antología "El canto de la décima Musa.
Poesías del Renacimiento y el Barroco"

martes, 14 de mayo de 2024

Teresa Wilms. XXXV

Frente a mi ventana cerrada pregunto al tiempo cuán-
to más he de vivir.
Las  sombras  anegan  mis  persianas, y apenas marca
una delgada raya la claridad.
El reloj tiene titubeos de corazón enfermo.
En un gesto convulsivo se crispan mis manos sobre el
papel.
Buscar el apoyo de la tierra.



De "Anuarí"

lunes, 13 de mayo de 2024

Teresa de Cepeda. Ya toda me entregué y di...

Ya toda me entregué y di,
y de tal suerte he trocado,
que es mi Amado para mí,
y yo soy para mi Amado.

Cuando el dulce Cazador
me tiró y dejó rendida,
en los brazos del amor
mi alma quedó caída,
y cobrando nueva vida
de tal manera he trocado,
que es mi Amado para mí,
y yo soy para mi Amado.

Hirióme con una flecha
enherbolada de amor,
y mi alma quedó hecha
una con su Criador;
ya yo no quiero otro amor,
pues a mi Dios me he entregado,
y mi Amado es para mí,
y yo soy para mi amado.



De la Antología de poetisas españolas
Tomo I: hasta 1900
Selección de Luzmaría Jiménez Faro.
Ed. Torremozas

domingo, 12 de mayo de 2024

Susana March. Sí; yo me moriré...

Sí; yo me moriré. Me iré muriendo
callada y diariamente.
Mis labios y mis ojos
y esta llama gigante que me abrasa la frente.
Sí; yo me moriré. Vendrán los jóvenes
con sus sueños antiguos y recientes.
Otra muchachas, como yo, cantando,
dirán al mundo su dolor ardiente.
Pero yo moriré. Me iré sin ruido;
no dejaré memoria entre la gente.
-"Susana March? Quién era?"- Allá, en mi tumba,
se irá borrando el nombre lentamente.
Y pasarán los siglos como un viento
desatado y potente,
se mudarán los hombres y las cosas, 
vendrán otras ideas y otros seres.
Pero mi corazón atormentado
se aferrará a la vida
en cada rama verde
y gritará: "Yo soy!
Reconocedme!"



(De Ardiente voz, 1948)


En la antología "Poesía soy yo.
Poetas en español del siglo XX (1886-1960)"

sábado, 11 de mayo de 2024

Sor Juana Inés de la Cruz. Amor empieza por desasosiego...

Amor empieza por desasosiego,
solicitud, ardores y desvelos;
crece con riesgos, lances y recelos;
susténtase de llantos y de ruego.

Doctrínanle tibiezas y despego,
conserva el ser entre engañosos velos,
hasta que con agravios o con celos
apaga con sus lágrimas su fuego.

Su principio, su medio y fin es éste:
¿pues por qué, Alcino, sientes el desvío
de Celia, que otro tiempo bien te quiso?

¿Qué razón hay de que dolor te cueste?
Pues no te engañó amor, Alcino mío,
sino que llegó el término preciso.



viernes, 10 de mayo de 2024

Sofía Casanova. Ni fe!

Cuando llegó del áspero sendero
a la cumbre distante,
halló en vez del albergue apetecido,
tan solo abrumadoras soledades.

Cuando, sin fuerzas ya, llegar creía
de la jornada al fin, miró el camino
roto por la mitad cortado el paso
por la negrura del abierto abismo.

Vacilante cayó junto a unas rocas,
vencida el alma, de su cruz al peso.
La fe le hizo buscar aquel calvario
y allí no estaba lo que vio su anhelo.

Brotó la sangre de su planta herida
y no pudo avanzar en el camino;
pensó en retroceder, y heló sus ojos
una impotente lágrima de hastío.

Rindiose al desaliento su alma noble,
y, al sentir su esperanza que moría,
dijo: Fe en lo ideal que no alcanzamos,
ay! tú también amargas nuestra vida.



En la "Antología de poetas españolas.
De la generación del 27 al siglo XV"

jueves, 9 de mayo de 2024

Silvina Ocampo. Anotaciones (2)

Quisiera escribir un libro sobre nada.



De "Anotaciones"
de la "Antología esencial"

miércoles, 8 de mayo de 2024

Silvia Castro Méndez. Cosas nuevas

Somos ajenos
tú 
y yo misma y mi casa.
Idea Vilariño

Su retrato es ya carne de cajones.
Me he cortado el cabello
y un hombre me ha besado en ese que fue nuestro sillón.
He comprado una lámpara de vidrios emplomados,
la nueva novela de Marías, 
una seda granate de Benarés...
Ni mi casa ni yo seremos ya las mismas.
La ventana está abierta
y un niño en la vecindad práctica conjugaciones
en futuro perfecto.



De "La náufraga"

martes, 7 de mayo de 2024

Serafina Núñez. Elegía para los niños de España

Desesperada aquí, clavada aquí,
negada a los inútiles abanicos
soltando negros pájaros desde mi isla limitada
estoy desenterrando el llanto de todas las campanas.
La angustia convoca las gargantas.
Es el día de la cólera, del grito, del brazo derrumbando las estatuas sin fuego,
el día que nos pide la palabra y la vida.
-Mis paisajes hunden cielos de horror bajo las lágrimas.
Aquí desesperada, aquí en mi isla limitada
me socava el gemido y la furia:
es el día del crimen!
La luna roja, fría, se levanta
desde miles y miles de ojos niños
ya para siempre sorprendidos.
Ayer en los parques, en las plazas,
rodando sus aros -mundos- al futuro
la infancia instalaba júbilos en palomas.
Hoy, lentos ríos oscuros conducen al lamento de España por sus niños.
Eran la miel, la risa, la mañana,
la próxima ciudad para el destino.
Siglos y siglos despertando abrían
su flor en aguas de sus pechos puros.
Hoy -árboles tiernos desgajados-
un bracito sangrando, acusando,
una boca soñando el último columpio para el juego
confundida con el vidrio y la cal en el polvo sin latido...
Es la hora del crimen. Por mis venas
madres martirizadas confunden sus gemidos.



De "Isla en el sueño"
En "Tierra de secreta transparencia"
   
   

lunes, 6 de mayo de 2024

Sara Torres. Hoy sin embargo...

HOY    SIN EMBARGO
se estancan las flores
bajo una lluvia fina



De "El ritual del baño"


domingo, 5 de mayo de 2024

Sara Herrera Peralta. Feliz cumpleaños

No tendríamos ciudad,
ni tendríamos la lengua,
ni la boca, ni el idioma.

Si no hubieran pasado treinta y cuatro años
ni yo hubiese amado a dos hombres
y a una mujer muerta,
si no hubieran sido los ricos y la tradición
los que pusieron nombre a esta lucha, 
mi voz sería hoy la nieve inútil.

Prefiero el mar al río,
la única tierra que encuentro igual en los viajes,
el cielo despejado.

Mi vida tiene hoy treinta y cuatro años,
cuando me pregunto quien soy,
mi respuesta está dentro
entre ovarios y trompas de falopio.

En este camino, los pájaros,
la nostalgia, les rêves, la niña extranjera.

A pesar de los elementos químicos,
sobrevivimos porque la alegría es necesaria.

Nuestro es el mundo,
mi abuelo lo sabía meses antes
de que yo cumpliera
estos treinta y cuatro años,
por eso en el silencio sigo siendo
una mujer niña hecha de huesos y cerezas 

y en las tormentas crezco.

Puedo salvarme.
El día que he cumplido treinta y cuatro años
puedo decir y puedo escribir
que puedo salvarme.

Pero no puedo salvaros a todos.



De "Hombres que cantan nanas al amanecer y comen cebolla"


sábado, 4 de mayo de 2024

Pita Amor. Yo soy mi casa

Si el amor no lo he cantado,
será porque lo he vivido?
Si el dolor lo he pregonado, 
será porque va conmigo?



En "Pita Amor. Un caso mitológico.
Antología de Guadalupe Amor"


viernes, 3 de mayo de 2024

Rosario Castellanos. Canción de cuna

Es grande el mundo? -Es grande. Del tamaño del miedo.
Es largo el tiempo? -Es largo. Largo como el olvido.
Es profunda la mar? -Pregúntaselo al naufrago.

(El tentador sonríe. Me acaricia el cuello
y me dice que duerma).
   


De "Lívida luz"
En "Juegos de inteligencia"


jueves, 2 de mayo de 2024

Gloria Fuertes. Elegía a mi corazón (al que quiero mucho)

... Y no te faltará corazón mío
si dejas de saltar y de arquearte,
que no te faltará tu caja fuerte...
de la mejor madera -carne y hueso-;
yo misma tu ataúd, no te preocupes...
Así que no irás solo -nada de eso-;
tú me has acompañado siempre viva, 
e iré contigo para donde sea
iré contigo, corazón amigo,
contigo -ya sin ti- muerta de pena. 


De "Lo que pasa es que te quiero. Poemas de amor (y desamor)"



miércoles, 1 de mayo de 2024

Rosana Acquaroni. Advertencia para el lector de oficio

El Jardín Navegable no existió nunca.
Acaso fue pulsado a tiempo por un domador de pájaros,
por un equilibrista ciego que sufrió durante siglos
el cautiverio de estas palabras.

Este es el manuscrito de una erosión.
Esta es la narración imposible de un instante.
El peldaño de la duda.
El borde fronterizo de una sílaba,
la cámara lenta de un abismo,
la aclimatación de la sonrisa,

(Mi padre moría una noche de verano, esto lo recuerdo,
y lo enterramos cuando todavía vivía para mí, pero era
tarde, lo sé, había muerto para el resto del día, para
el resto de los años, para el resto...)

los jardines erráticos, extintos,
donde, por un instante, caemos en la cuenta de que vivimos.



De "El jardín navegable"