para María Teresa
Este día tan lleno de niñez:
las cápsulas verdes de los eucaliptos
en el suelo, entre hojas.
El buen aroma frío y viejo, trae
de la mano, consigo,
los paseos al sol y por un parque
en un abril de viento.
Por mirar la vereda así y oír el ruido
de las hojas, arriba;
por recoger las cápsulas y aspirar hasta el alma
su antiguo olor, se puede
-a veces sí, se puede-
abrir las puertas cerradas hacia días remotos:
las mañanas de sol y un aire limpio, fino
los bancos de madera por el borde del parque
las veredas desiertas
un viento decidido contra la cara, frío
y en la mano, tibieza de la mano materna.
De "En el tiempo"
En "Transparencias"
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