La nostalgia no se hace agua bajo los pies
no se sube al lomo de ningún caballo
que la lleve lejos del corazón
Se queda aquí
aferrada
asida a la doliente carne
se bebe la lágrimas
y nos alborota la sangre.
La nostalgia no se marcha
como el agua de los ríos
se vuelve un mar
que nos arrastra implacable.
En "Sombra roja. Diecisiete poetas mexicanas (1964-1985)"
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