Ríe con tu sonrisa transparente
y no te angusties más: tú, que no sabes
lo que vendrá... Pequeñas cosas graves
que deben ser, inevitablemente.
Yo sé el curso fatal de la corriente
y el definido rumbo de las aves,
y los títeres-hombres y las claves
del gran titiritero impotente.
Tú no sabes por qué, y te anonada
mi silencio de lámpara volcada
y este temblor vestido de aspereza
que antes de florecer, está marchito.
Yo, que hoy ya sé como será tu grito,
tu anochecida voz y tu tristeza.
De "Intervalo"
En "Antología del amor"
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