Concentración,
piedra sillar
donde seres, con presencia ungida,
elevan hacia lo trascendente.
Erguidos, o postrados,
irradian soledad,
y suenan los clamores
a gemido y plegaria
bajo un deseo audaz de pertenencia.
(Antífonas, 1978)
En "Rojo-Dolor. Antología de mujeres poetas en torno al dolor"
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