sábado, 30 de noviembre de 2024

Piedad Bonnett. Por el camino de tu lengua

Por el camino de tu lengua yo podría llegar hasta la negra Abisinia
o cabalgar hasta Bengala o Nankin
porque ella es sabia como un viejo maestro que enseña sobre el cielo
las rutas de los pálidos cometas
   
porque tu lengua es poderosa como la de la mantis que da vida y da muerte
y sabe tejer formas como la poesía 
y es diestra en lides y ducha en argucias 
y canta una canción remota y mágica que invita al extravío 
   
Pero por el camino de tu lengua viajo más hondo
hasta el lugar donde naces gimiendo con un tremor antiguo
y me sientes flotar reciente y húmeda
   
hasta el origen 
donde sueña la bestia su sueño más profundo
y el placer es un banco de peces que relumbra 
entre sales marinas
   
hasta mi centro
donde veo lo que no ven mis ojos cegados por las luces del mundo
donde no existe la palabra
   
la torpe mercenaria. 



De "Todos los amantes son guerreros"
En "Poesía reunida"
  

viernes, 29 de noviembre de 2024

Concha Méndez. Mi noche

A Ernestina de Champourcín

Mi noche lleva rumores
    de guitarras hawaianas.
  
Ha vuelto, viajero,
mi otro yo.
   
-De dónde vienes, dime,
di, dímelo?
   
-Vengo de las canciones
de Honolulú,
de donde, a cada hora,
me esperas tú.



De "Canciones de mar y tierra"

jueves, 28 de noviembre de 2024

Catalina González Restrepo. Alimento

Revisamos nuestros buzones
esperando siempre la última carta,
vivimos para recibir.
   
Somos como pájaros que guardan las alas
mientras sus corazones laten 
en pechos calientes.
   
-Yo cargo tus palabras en la cartera
como una limosna extra-.
   
No podemos dormir,
soñamos con anillos en cada dedo,
que mides mi torso con tus manos
y descubres la piel
antes de que se marchen los invitados.



En "Pájaros de sombra. Diecisiete poetas colombianas (1989-1964)"

miércoles, 27 de noviembre de 2024

Alejandra Pizarnik. Salvación

Se fuga la isla
Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a descubrir la muerte del pájaro profeta
Ahora
es el fuego sometido
Ahora
es la carne
  la hoja
  la piedra
perdidos en la fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilización 
que purifica la caída de la noche
Ahora
la muchacha halla la máscara del infinito
y rompe el muro de la poesía.



De "La última inocencia"
En "Poesía completa"
    

martes, 26 de noviembre de 2024

Cristina Rivera Garza. 11

[Dudas primeras]

Desde donde estás callada como un tronco
álaga sempiterna
dime
me escuchas todavía?
   
Hay un lugar dentro de mí donde te abres
   con la simplicidad del surco.
   
Mi almocárabe 
mi niña buena
ya estamos solas otra vez como al principio. Dentro 
   del grito.
   
Dime
te duelo tanto como me dueles a mí?
reconoces esta condena?
Por favor, contesta.



De "Los textos del yo"
En "Me llamo cuerpo que no está. Poesía completa"

lunes, 25 de noviembre de 2024

Camila Charry Noriega. Patria

El niño recoge espigas de sol.
Vuelve sereno y cantando por el campo.
Revienta sobre su cuerpo el fusil del asesino;
lo embiste la noche. 
Vuelan por el aire sus ropas como banderas
de una patria con cualquier nombre.



En "Pájaros de sombra. Diecisiete poetas colombianas (1989-1964)"
    

domingo, 24 de noviembre de 2024

Josefina de la Torre. Encontrarte...

Encontrarte
por las abiertas mariposas de la noche.
Por la sombra
donde tus ojos buscarían apoyo.
Descubrirte
por los caminos de lo inesperado,
donde tus palabras
encontrarían su contorno.
Sorprenderte
por tu misma certidumbre,
donde tu propósito conseguiría liberarse.
Y hacer de ti la luz,
el porqué de soñar, 
de estar despierto;
la razón de sonreír,
de respirar al sol las alegrías...
Todo lo que en tus ojos se ha dormido.



De "Marzo incompleto"
En "Las Sinsombrero y un nuevo 27"
    

sábado, 23 de noviembre de 2024

Ana María Martínez Sagi. Mi epitafio

Hermana no me busques 
bajo esta losa fría;
aquí solo hay tinieblas
gusanos y ceniza.
Búscame en los crepúsculos
de púrpura encendida
en la fuga del agua
en la rosa y la espina
en los largos silencios
en las manos cautivas
en los cauces secretos
en la sed desmedida.
Búscame en la dulzura
sutil de la caricia
que te dejó turbada
nostálgica y vencida.
Mi canto estremecido
en Ti perdura y vibra.
Mi savia ardiente y roja
reluce en una isla.
Si te ciñe la frente 
una tristeza digna 
y eres Sombra de Sombras
y un Enigma de Enigmas
  
hermana: no me busques 
bajo esta losa fría. 
En la huella candente
de tu Sueño estoy viva.



De "La voz sola"
En "Las Sinsombrero y un nuevo 27"
    

viernes, 22 de noviembre de 2024

Lucía Estrada. Nota encontrada al margen de un poema de Anna Ajmátova

No tengo su nombre, pero también los pájaros vienen a morir a mi ventana. No tengo su rostro, pero mi gesto huye en inmóvil despedida. Si en lugar de quedarme decidiera ir al encuentro de lo que resplandece para su propio regocijo, si lograra al fin saltar la cuerda, intentar los pasos que me llevarían al centro de la fiesta. Pero qué lejos el mundo visto a través de mi máscara de hueso. Con cuanta inocencia podría recuperarlo... Pero he aquí que miro siempre en otra dirección, disperso el oído, casi muda, vistiendo los trajes que no fueron hechos para mí, viejas herencias del hastío. A todos nos reunirá el polvo -dices- sin embargo, mis pies se desvanecen antes de tiempo, no alcanzan, no persiguen ninguna señal. Son el miedo a todos los lugares, a los desniveles, a la tierra firme... Escucha lo que en este grito hay para ti -dices- y no busques lo que has de ver en otros ojos.
   
La noche nos ha dejado completamente ciegas.



En "Pájaros de sombra. Diecisiete poetas colombianas (1989-1964)"
    

jueves, 21 de noviembre de 2024

Ángela Figuera Aymerich. Pereza

No hacer, no hacer... La exacta belleza de las cosas
sea para tus ojos... No le llegues a tus manos.
Déjalas quietas, quietas... Que en sus Palmas ociosas
aniden los ensueños como invisibles pájaros.



De "Toco la tierra. Letanías"
En "Las Sinsombrero y un nuevo 27"
  

miércoles, 20 de noviembre de 2024

Concha Méndez. Salgo a la calle...

Salgo a la calle y voy en ascua viva,
o voy temblando porque el mundo es triste.
Y vuelvo de la calle y entro en casa
y el mundo sigue triste sin remedio.
Y no es que falte un ángel en la estancia
que nos sonría, que nos hable al menos.
Y no es que falte un dios para las cosas,
ni ese deseo de pasar soñando
sin escuchar las quejas que en el aire
vagan por encontrar por fin el eco.



De "Niño y sombra"
En "Las Sinsombrero y un nuevo 27"
    

martes, 19 de noviembre de 2024

Olga Orozco. La casa

Temible y aguardada como la muerte misma
se levanta la casa.
No será necesario que llamemos con todas nuestras lágrimas.
Nada. Ni el sueño, ni siquiera la lámpara.

Porque día tras día
aquellos que vivieron en nosotros un llanto contenido hasta palidecer
han partido,
y su leve ademán ha despertado una edad sepultada,
todo el amor de las antiguas cosas a las que acaso dimos, sin saberlo,
la duración exacta de la vida.

Ellos nos llaman hoy desde su amante sombra,
reclinados en las altas ventanas
como en un despertar que sólo aguarda la señal convenida
para restituir cada mirada a su propio destino;
y a través de las ramas soñolientas el primer huésped de la memoria
(nos saluda:
el pájaro del amanecer que entreabre con su canto las
(lentísimas puertas
como a un arco del aire por el que penetramos a un clima diferente.

Ven. Vamos a recobrar ese paciente imperio de la dicha
lo mismo que aun disperso jardín que el viento recupera.

Contemplemos aún los claros aposentos,
las pálidas guirnaldas que mecieron una noche estival,
las aéreas cortinas girando todavía en el halo de la luz como
(las mariposas de la lejanía,
nuestra imagen fugaz
detenida por siempre en los espejos de implacable destierro,
las flores que murieron por sí solas para rememorar el fulgor
(inmortal de la melancolía,
y también las estatuas que despertó, sin duda a nuestro paso,
ese rumor tan dulce de la hierba;
y perfumes, colores y sonidos en que reconocemos un instante del mundo;
y allá, tan sólo el viento sedoso y envolvente
de un día sin vivir que abandonamos, dormidos sobre el aire.

Nadie pudo ver nunca la incesante morada
donde todo repite nuestros nombre más allá de la tierra.
mas nosotros sabemos que ella existe, como nosotros mismos,
por el sólo deseo de volver a vivir, entre el afán del polvo y la tristeza,
aquello que quisimos.
Nosotros lo sabemos porque a través del resplandor nocturno
el porvenir se alzó como una nube del último recinto,
el oculto, el vedado,
con nuestra sombra eterna entre la sombra.

Acaso lo sabían ya nuestros corazones.



De "Desde lejos"
En "Poesía completa"

lunes, 18 de noviembre de 2024

Carolina Dávila. Hombres trepados en los techos...

Hombres trepados en los techos
revisan tanques, obstrucciones 
desechan animales 
muertos, a través de las rejas
en la distancia 
el mundo se despliega como un mapa desbordado
   
Río y selva 
palabras que comparten el mismo eco
y se funden en un escurridizo sustantivo
   
Antes del verde está la niebla
y antes de ella, el húmedo sueño de la lluvia
   
Cuando escuches el trueno me recordarás 
y tal vez pienses que amaba la tormenta,
dice Ajmátova desde otra violenta geografía
   
Relámpagos y truenos 
duran el tiempo preciso para creer 
que la tierra 
quedará suspendida en el destello
en un sonido recóndito e inerte
   
Cuatro días de música rígida 
multitud de gotas 
filos laboriosos sobre las tejas y el óxido 
   
A treinta grados
con sensación térmica de treinta y siete
y humedad del noventa y uno por ciento
me pregunto si alguien ama la tormenta
si alguien se pregunta si existe quien ame la tormenta
si hay cuerpos, justo ahora, que se aman mientras aman
la tormenta
   
La lluvia cae, es un muro
que deforma la realidad del paisaje
su ardua superficialidad y lo que esconde
   
: dardos envenenados, oro, lenguas moribundas lamen
con su última humedad cauces y raíces
   
El agua es el idioma que se impone
Su fuerza es la única voz 
No hay lugar
para diferencias interpretativas 
para debates sobre la legalidad o el progreso
   
Todo es mío -dice la lluvia 
Esa es su sentencia inapelable
Su palabra (des)hecha (en) carne y hueso



En "Pájaros de sombra. Diecisiete poetas colombianas (1989-1964)"
    

domingo, 17 de noviembre de 2024

Blanca Varela. Casi pájaro

Oh rayo inmenso, desierta flor que caes como el mar en la noche,
sin protección y ya perdida hace un sueño,
hace un paisaje de pequeños dientes rodando en la batalla. 
   
En tu justa morada bajo tierra,
bajo los cabellos infinitos del alba,
allí donde despierta una mujer con pulso de violín, 
de escoba o de serpiente,
allí, nítidamente flor, te desnudas inviolable,
casi pájaro con tu perfil de arena,
bajo tus ojos de alimento marino.
   
Toca vivir ahora con el ídolo que madura frente a tu pecho, 
semejante a tu propia caricia,
a tu eternidad de astro.
Y no será posible ver,
no se ha de contemplar tu luz endureciendo el agua
ni tu dorada saliva subiendo hasta la última sombra del día.



De "Ese puerto existe"
De "Poesía completa"

sábado, 16 de noviembre de 2024

Ajo. 10

Bastante tiene una
con lo que no tiene.



De "Micropoemas 2"

viernes, 15 de noviembre de 2024

María Paz Guerrero. Me repito...

Me repito
por eso hay tantas a la vez
tantas que se me escapan
tiro una red para atraparlas
las cazo
una por una
cuando una muerde el anzuelo
la siento, la amarro
a veces la torturo, un poco, nada más
para que no lo vuelva a hacer:
irse de mí. 



En "Pájaros de sombra. Diecisiete poetas colombianas (1989-1964)"
    

jueves, 14 de noviembre de 2024

Estefanía Cabello. Has venido, mirlo joven...

Has venido, mirlo joven,
a señalarme con tu blanco sonido
el camino que, entre tanta encrucijada,
me parece más correcto. 
   
No cese tu compañía. 
   
Que mis oídos hagan sendero 
silente a tu ensueño.
   
No me despierte otro arrullo nunca.



De "Muchacha con mirlo en las manos"
   

miércoles, 13 de noviembre de 2024

Sara Torres. Los trabajos del amor

tu vida sirve
a algo
más allá de ti



De "Deseo de perro"


martes, 12 de noviembre de 2024

Luz Andrea Castillo. Trazas el paisaje...

Trazas el paisaje
henchida haces la faz
pero la noche
la que te hace ilegible
sin una extremidad
sin agua en qué llorar
pero la noche
la que te coge las manos
y te borra



En "Pájaros de sombra. Diecisiete poetas colombianas (1989-1964)"

lunes, 11 de noviembre de 2024

Emilia Pardo Bazán. Jaime

II

Alma mía, pasó ya la noche,
la noche y su sombra,
y en ti y en los cielos 
despunta la aurora.
Alma mía, despliega esas alas
que inertes y rotas
plegaste cual suele
la herida paloma.
Alma mía, renace al consuelo,
renace a la gloria:
amable es el mundo,
la vida es hermosa.
Alma mía, poblose el desierto
de mirtos y rosas,
susurros, perfumes,
gorjeos y notas.



En "Las frases frágiles"


domingo, 10 de noviembre de 2024

Lauren Mendinueta. Que no te hiera una palabra

Una palabra oscura puede quedar zumbando
dentro del corazón.
Olga Orozco

Para mi hija Laura

Puedes quebrar una palabra en dos.
Puedes oír el crujido de la separación.
Puedes desmembrarla, destriparla, degollarla. 
Puedes conservar una parte y lanzar la otra
como se lanza un guijarro al lago.
Puedes arrancar un trozo de palabra con los dientes.
Puedes masticarla hasta que no quede aire.
Puedes derretirla como un hielo en la lengua.
Puedes estrellarla, estamparla, espantarla 
como se espanta una mosca con la mano.
Puedes pincharla con una aguja hasta desangrarla. 
Puedes amordazarla, crucificarla, explotarla. 
Puedes abandonar una palabra y echarte a andar.



De "Vivir tan adentro"



sábado, 9 de noviembre de 2024

Fátima Vélez. Sótano

que quieres quitar de ahí las telarañas
las capas de moho
inténtalo 
a ver si no aparece de pronto la olla
con el arroz pegado
los guantes amarillos
que protegen
del jabón quitagrasa que te agrieta la piel
y en el silencio 
de quien lava platos y olvida poner música
el poema se tararea solo 
como si tuviera pies
y quisiera hacer de ti un salto
es
no cabe duda
ése que dice que se llegó al final de la carrera
y el premio es otra carrera
   
y si el premio es mugre coagulada en un sifón 
y si todo fondo no es más que horas percudidas en la cortina de baño
la sala donde la luz pega directamente en el reflejo de la infancia
donde también el tema es con la luz
   
los niños
sus deseos
su canto de sirena
que tratan de arrastrarte a la inacción 
a no ser otra cosa
que calor atemporal
su belleza
que crece 
sobre el filo 
raíz
que no se ve en ningún espejo
pero sabes
si no la cuidas
no la riegas
no la podas
   
   
recuerda 
   
poner papel conciencia en las paredes
   
quien se ha cortado con papel sabe
   
lo que guarda en sus bordes el blanco
   

   
En "Pájaros de sombra. Diecisiete poetas colombianas (1989-1964)"
   

viernes, 8 de noviembre de 2024

Rosalía de Castro. Mayo largo...

  Mayo largo..., mayo largo,
todo cubierto de rosas:
para unos, las de muerte,
para otros, las de bodas.
  Mayo largo, mayo largo,
fuiste corto para mí:
vino contigo mi dicha,,
contigo volvió a huir.



En "Una voz dulce resonó en mi oído"

jueves, 7 de noviembre de 2024

Claribel Alegría. Nostalgias II

Dejé de ser nosotros 
y de nuevo este yo
con su carga de invierno
y de vacío. 



De "Saudade"


miércoles, 6 de noviembre de 2024

Bibiana Bernal. Invernal

Afuera la lluvia.

De este lado de la ventana,
el invierno respira sobre el cristal,
opaca el tiempo en cautiverio.
   
Afuera el agua.
   
Cae sin respuestas sobre el asfalto,
inunda de preguntas 
los ojos que asisten al deshielo de la memoria.
   
Afuera el río, 
   
      se disfraza de calle,
          se lleva el día 
    
                          los días 
   
                               la vida. 



En "Pájaros de sombra. Diecisiete poetas colombianas (1989-1964)"
    

martes, 5 de noviembre de 2024

Dolores Catarineu. 33

33

Nos separa el minuto, 
la hora, el día. 
La luna sin luz
está esperando. 
La tarde, realidad
suave y cautiva, 
siente infinitamente
mi retardo.

Nos separa el aire,
el cielo, todo:
la dicha loca
de estarnos esperando. 
Nos separa el minuto,
la hora, el día, 
el suspiro, la estrella, 
esa cándida tarde
inexistente de cita. 

Dónde?
      Cuándo?...
Quién inventó el momento
y la sonrisa?...
Quién la tristeza
de estarnos esperando?...



De "Siempre"
En "Ausencia"


lunes, 4 de noviembre de 2024

Cristina Rivera Garza. III. El cuerpo y la línea

Son los días de los escritorios de metal, las pantallas
en color verde, las sopas instantáneas. Los días de
esas muertes, son. Los recuerdo. Lo recuerdo bien. Lo
recuerdo todo. Mi vestido rojo. Mi hambre (siempre
tenía hambre). Mi gusto por el corte súbito de la frase.
   
Nunca hablamos de Pizarnik tú y yo.
   
Nunca hablamos de su prosa. De sus problemas
con la prosa. De su deseo por la prosa. De su deseo
insatisfecho) por la prosa.
   
Mientras lo hombres morían (porque el destino de los
hombres es morir) marcados por el objeto
con filo, yo cortaba la frase. Gustosa
abría la línea (como el que abre una lata de sardinas)
la probabilidad de otra línea. Bifurcaba
una mano a la derecha y otra mano a la izquierda
el cuerpo en medio, el cuerpo
marcado por la apertura de la línea
caía. Desangrado.
El cuerpo solo.
   
La Nota Roja anunciaba al día siguiente: nunca
hablamos de la prosa.
Debemos hablar de la prosa. La prosa es [ilegible].
Cosa por hablar.



De "La muerte me da por Anne-Marie Bianco"
En "Me llamo cuerpo que no está. Poesía completa"

domingo, 3 de noviembre de 2024

Yolanda Pantin. Protección

Tú no vas a ver a ese señor.
   
No lo vas a ver alzarse como un ogro,
y no lo vas a ver lo mismo
que no viste la pata del lobo
asomarse por debajo de la puerta.
   
No vas a ver tampoco
la trama de espinas,
ni al rey blanco,
ni a la bruja que enjauló a los niños,
   
ni a la hambruna que pulió su hacha,
tampoco al cazador, ni al hilo,
ni a las piedras dentro del vientre,
las verás.
   
Tú no vas a confundir
el miedo con el dolor
del cuento, princesa.



De "Lo que hace el tiempo"
    

sábado, 2 de noviembre de 2024

Gloria Susana Esquivel. Yokasura

He convertido mi lengua en un filete de pescado.
   
sin escamas         sin branquias
yace tímida en una cama de hielo que la mantiene firme
   
         Un trozo de atún rojo que no late
   
La sirvo en un restaurante japonés del Este:
  
               allí cenamos.
   
Inmóvil 
guarda palabras en sus vetas
Torpemente se entrega a la afasia
   
Lengua pesada
incapaz de articular
esternón     epiglotis 
plexo              apetito
En su humedad fresca se sabe cobarde
    
Las palabras caen como hilos
   
en 
un 
reverberar
fonético
que
se 
me 
escapa 
    
          Con maestría de mantis tomas los palitos
y examinas el dorso de la lengua:
          el último trozo de sashimi que nos queda
   
   
Ahora mi lengua atún descansa sobre la tuya,
y ya no relamo el silencio
   
Un bramido leve, 
tal vez un murmullo,
de repente:
   
La boca convertida en un estanque de peces



En "Pájaros de sombra. Diecisiete poetas colombianas (1989-1964)"
    

viernes, 1 de noviembre de 2024

Claribel Alegría. Elegía

A mi hermano Daniel

El dolor
entró en mí 
como un pájaro extraño
venido de lejos.
Cierro los ojos
y sollozo
sollozo
y no comprendo 
pregunto
y no comprendo
no te quiero pensar
sólo sentirte
con mis cinco sentidos
caminar tus recuerdos
con mis cinco sentidos.
Quiero quedarme así 
con los ojos cerrados
y tus manos
tus lágrimas esquivas
que mojaron mi rostro
tu voz entrecortada.
Quiero quedarme así 
sin preguntas banales
que no tienen respuesta.



De "Voces"