martes, 30 de abril de 2024

Rosalía de Castro. Un manso río...

Un manso río, una vereda estrecha,
un campo solitario y un pinar,
y el viejo puente rústico y sencillo
completando tan grata soledad.

¿Qué es soledad? Para llenar el mundo
basta a veces un solo pensamiento.
Por eso hoy, hartos de belleza, encuentras
el puente, el río y el pinar desiertos.

No son nube ni flor los que enamoran;
eres tú, corazón, triste o dichoso,
ya del dolor y del placer el árbitro,
quien seca el mar y hace habitar el polo.



De "A orillas del Sar"
(encontrado en la antología "Rosa de sombra")

lunes, 29 de abril de 2024

Renée Ferrer. Insomnio

Del vasto territorio del insomnio,
de su ilímite páramo de sombra,
traigo hilachas de ausencia entre los labios,
una huella que me hurta y que te nombra.
   
Qué distancias de fiebre y desvarío
por las estribaciones de la aurora
recorro suplicante, pierdo, ansío 
destejiendo la trama de las horas?
   
Cuando estoy por tocarte es ya un vacío
la llama de tu voz. Como las hojas
de un vendaval atónito y tardío
   
tu fantasma mi sueño desaloja.
Me sorprende el lucero soberano
creando tu caricia con mis manos.



(De Itinerario del deseo, 1994)


En la antología "Poesía soy yo.
Poetas en español del siglo XX (1886-1960)"

domingo, 28 de abril de 2024

Rosa Chacel. A Concha Méndez

Tú que fuiste sirena y golondrina.
Tú que escondiste cielos en tu alcoba.
Tú que oíste la música que roba
su sueño al pez y la borrasca empina,

sal de esa oscura gruta, mortecina
como caverna de medrosa loba,
y al sol embalsamado que te arroba,
sembrado por tu mano, sé vecina.

Infiel a aquella risa y a aquel viento,
a las espumas que te acariciaran,
a la verde esperanza de las tardes,

destapa el manantial de tu ardimiento
y aunque saurios de hiel te amenazaran,
de su diente tu seno nunca guardes.



De "A la orilla de un pozo"

sábado, 27 de abril de 2024

Pita Amor. Soy vanidosa, déspota, blasfema...

Soy vanidosa, déspota, blasfema;
soberbia, altiva, ingrata, desdeñosa;
pero conservo aún la tez de rosa.
La lumbre del infierno a mí me quema.
Es de cristal cortado mi sistema.
Soy ególatra, fría, tumultuosa.
Me quiebro como frágil mariposa.
Yo misma he construido mi anatema.
Soy perversa, malvada, vengativa.
Es prestada mi sangre y fugitiva.
Mis pensamientos son muy taciturnos.
Mis sueños de pecado son nocturnos.
Soy histérica, loca, desquiciada;
pero a la eternidad ya sentenciada.



En el prólogo de "Otro libro de amor"

viernes, 26 de abril de 2024

Pilar Paz Pasamar. Era solamente muy quieta

Y no era triste, era solamente muy quieta,
con la quietud sonora que nos incita al llanto.
   
La tarde quieta, siempre, sobre ti, sobre rosas,
sobre el ramaje, el viento, el confín y los pájaros.
   
No hablabas, ni siquiera pensábamos en nadie,
ni en ningún sol oculto, ni en las rosas pensábamos.
   
Pero hubo un murmullo tan fuerte, que la tarde
ensordeció el momento... y acabamos llorando.



De "Mara"
    

jueves, 25 de abril de 2024

Pilar de Valderrama. Canción de la hilandera

A la luz de la luna hilo que hilo
en su rueca de plata recuerdos míos...
¡Qué raudos pasan
por la maravillosa rueca de plata!
Los tristes dejo,
con aquellos alegres quedarme quiero.
Y tejeré con ellos claro vestido,
y cubrirá mi cuerpo traje de olvido...
¡Oh, luna, aguarda.
que otro traje hilar quiero para mi alma!



De la antología de poetisas españolas
Tomo II: de 1901 a 1939
de la editorial Torremozas

miércoles, 24 de abril de 2024

Olga Orozco. Miss Havisham

  Cuando la ruina sea completa, me extenderán,
      ya muerta y vestida con mi traje nupcial,
      sobre la mesa de la boda.
      Charles Dickens, Grandes esperanzas

Aquí yace Miss Havisham,
lujosa vanidad del desencanto.
Un día se vistió para la dicha con su traje de muerte,
sin saberlo.
Era la hora exacta en que alcanzaba la música de un sueño
cuando alguien cortó con duro golpe las cuerdas mentirosas del amor,
y quedó desasida, cayendo hacia lo oscuro como una nube rota.
Todo fue clausurado.
No invadir el recinto donde una novia hueca recogió para el odio los escarchados trozos de su corazón.
Quien entró fue elegido para expiar ciegamente todo el llanto.
No levantar los sellos.
Las manos de la luz habrían dispersado los flotantes ropajes,
los manteles roídos por tenaces dinastías de insectos,
las aguas del espejo enturbiadas aún después de la caída de la última imagen,
los lugares desiertos donde los comensales serían vamos deudos
alrededor de una desenterrada,
de una novia marchita fosforeciendo aún en venganza y desprecio.
Ahora ya está muerta.
Pasad.
Esa es la escena que los años guardaron en orgulloso polvo de paciencia,
es la suntuosa urdimbre donde cayó como una colgadura envuelta por las llamas de la muerte.
Fue una espléndida hoguera.
Sí. Nada hace mejor fuego que la vana aridez,
que ese lóbrego infierno en que está ardiendo por una eternidad,
hasta que llegue Pip y escriba debajo de su nombre:
                                  "la perdono".




De "Las muertes"
En "Poesía completa"
    

martes, 23 de abril de 2024

Nuria Parés. VI

Tengo brazos y piernas,
manos para escribir
y una cabeza
que no ha perdido el juicio.
Estoy, al parecer, entera.
Pero tu muerte ha sido
como una amputación,
algo en alguna parte
se ha arrancado de cuajo
y debe estar sangrándome por dentro.
Si no, no entendería
por qué ya no soy yo.



De "Colofón de luz"

lunes, 22 de abril de 2024

Natalia Sosa. Indiferencia

A Manuel Gonzalez Sosa

Ya no quiero ser la mujer triste,
me cansé del cantar de la tristeza,
de sepultar los años que me viven,
de, invariable, vestir de color negro. 
No pediré perdón si me hacen daño
ni nunca ya será la compasión
mi eterna compañera.
Si marzo me creó, era la primavera!
Por qué voy a ser yo quien me retorne a otoño
soñando que soy ave, o árbol, o sendero?
Quiero a los ojos mirarme abiertamente,
ver el gris de mi pelo y alegrarme,
caminar por las calles y escucharme,
vibrar de amores llena.
Ya nadie dejaré que reconozca
que tengo un corazón tan vulnerable!
Indiferente y plena, ausente del dolor,
distante de lo bello, soberbia de ambición,
devolveré el amor al desamor supremo.
Que la luz me hará falta mientras tanto?
Que no podré vivir sin voz ajena?
Que volverá el recuerdo alguna tarde?
Que lloraré, tal vez, la misma pena?
Qué importa! Afilaré mis garfios 
y alertaré mis dedos. Y, si alguien,
de nuevo, me suplica: extiéndeme la mano,
compañera, aclárame la sombra,
se volverá mi rostro indiferente,
indiferente y nuevo.



De "Autorretrato"
En "No soy Natalia"

domingo, 21 de abril de 2024

Miriam Reyes. No dejo nada aquí...

No dejo nada aquí
más que huellas de dedos
sobre huellas de dedos
en la piedra
futuros surcos en la historia
de esta ciudad que envejece
con todos nosotros.



De "Desalojos"

sábado, 20 de abril de 2024

Mercedes Pinto. Éxodo

No quiero hablar de muertes,
de éxodos ni dolores;
no quiero hablar de penas;
no quiero hablar,
porque las llevo dentro de mí como una carga,
como una carga horrible y como un sello
que horadase inclemente mi alma.

Quiero cerrar con llaves
de férreas recidumbres,
el sarcófago frío
donde duermen sus sueños funerales
todas las ansias de mi triste vida.
Cuanto en el mundo amé, fue destrozado;
cuanto quise con fuerza, fue barrido
por el viento feroz de la desgracia;
miré a una flor, y se secó al instante;
miré al sol, y los negros nubarrones me quitaron su luz;
fui a beber agua en el limpio arroyuelo de la vida,
y lo sorbió la arena,
dejándome la sed en la garganta...
Y cuando en un corazón encontré amparo,
al apoyar el mío en su regazo,
se fue desmoronando poco a poco...
que era de arcilla...!
Por eso quiero descargar el alma
de tantas penas,
y cantar y reír
con las mejillas hundidas en las rosas de la huerta,
que absorban todas las lágrimas
que manen de mis ojos
como un rocío...
Por eso quiero retozar y bailar con las muchachas,
allá en el campo,
y taparme la cara con el velo de alguna novia,
y beber mucho vino,
que resbalando sobre mi falda
forme guirnaldas, flores y adornos,
sobre esta túnica que es mi mortaja...
Música, cantos, vino y guitarras!
Voces alegres, risas y baile!
Y cuando venga la negra idea de algún recuerdo,
pueda, borracha,
con las dos manos estrangularla...!



De "Cantos de muchos puertos"
   

viernes, 19 de abril de 2024

Marta Ana Diz. Desordenadamente

Entregado,
diferente y sujeto al mismo orden,
resistiendo,
recuerda lo que tuvo una vez,
repasa el cuerpo devastado,
repasa esa historia, repasa
desordenadamente los nombres y los años,
le cuesta comprender que se maree la luna,
que se incline la flor y siempre busque
regresar a la tierra.



De "Cuando no sé tu nombre ni tú el mío"

jueves, 18 de abril de 2024

Marina Romero. Que hueca estaba la luna...

¡Que hueca estaba la luna!
En un corro las estrellas
le estaban bordando el manto
de nardos y hierbabuena.
La luna se iba a casar
con un don juan. ¡Quién la viera!,
su anillo de desposada
lo entretejieron las perlas.
La noche no tiene hoy
candil de luz mañanera,
que se ha casado la luna
y está su corte de fiesta.



De la antología "Peces en la tierra"
 

miércoles, 17 de abril de 2024

María Zambrano. Delirio del Paraíso

Es con este dolor, con este llanto.
Sombra del Paraíso. 



De "Poemas"

martes, 16 de abril de 2024

María Rosa Gálvez. Oda

Portentosa natura! Yo en mi mente
saludo tus augustas maravillas,
obra de un Dios de eterna omnipotencia;
permíteme que pueda reverente
al tiempo que me humillas
con tu magnificencia,
del Teyde abrasador cantar la cumbre,
su altura prodigiosa,
su hondo abismo y su mole cavernosa.
El astro de la luz, padre del día,
del globo de la tierra
sus rayos escondía
cuando yo penetraba
de Laguna la selva deliciosa.
Si entre el horror sangriento de la guerra
sublime Tasso en su cantar mudaba
la horrible trompa en cítara de amores
que en la selva de Armida resonaba,
del bosque de laguna Apolo en tanto
la imagen inspiró a su dulce canto.
Por él mil arroyuelos se deslizan
que en tortuoso giro
cortan del valle el plácido retiro.
Allí en largas praderas fertilizan
el plátano sabroso;
aquí verdes colinas esquivando
su falda van lamiendo
y del tronco pomposo
del drago la altivez desenvolviendo,
que de su seno abriendo las vertientes,
de púrpura matiza las corrientes.
Las frutas y las flores
lisonjean y halagan los sentidos
con su sabor y olores;
encantan los oídos
las quejas de los dulces ruiseñores,
y del canario y colorín hermosos
al par resuenan ecos armoniosos.
La bóveda perpetua de verdura
de esta selva sombría
pasó entre sus antiguos moradores
por el elíseo campo
do en eterna ventura
habitaban las sombras inmortales
de los varones y héroes virtuosos;
al tiempo que en Teyde los malvados,
testigos desgraciados
de su gloria, lloraban envidiosos
y con hondos clamores
del volcán agotaban los ardores.
Envuelta en estas lúgubres ideas
mi mente se agitaba
cuando veloz la noche desplegaba
su manto por el mundo;
las sombras por el viento descendían,
en los copados árboles caían,
y el silencio profundo
de las aves mostraba al caminante
del forzoso descanso el dulce instante.
La senda dejo y encontrar procuro
un asilo propicio a mi reposo;
busco y elijo como el más seguro
de una alta roca el hueco pavoroso,
por donde entre el horror que le acompaña
su cóncavo presenta la montaña.
Dejo el temor, y al resplandor sombrío
de las humosas teas
me adelanto con planta vacilante;
mis ojos vagan por el centro frío,
y en el Gran Dios! encuentro la morada
de la implacable muerte;
ella su trono ostenta
de esta horrible mansión en el silencio...



De "Antología de poetas españolas.
De la generación del 27 al siglo XV"

lunes, 15 de abril de 2024

María Nicolasa de Helguero y Alvarado. Octavas a la memoria de su hermano don Pedro de Helguero

Desgajado el ciprés, rota la lira,
mal concertado el susto con el canto,
empiece el triste numen que me inspira
a dar tímida voz envuelta en llanto;
que mal entre congojas se respira,
que poco explica quien padece tanto;
pero si he de cantar, sea el tormento
el que sirva esta vez por instrumento.
Amaba yo a Petronio generoso
ufana de que fuese hermano mío,
miraba que a su genio belicoso
las Gracias asistían sin desvío,
no desdeñando al joven animoso
docta, canora, sonorosa Clío;
gracias y Musas se unen a elevarle
y las Furias y Parca a derribarle.
Heredó de Cantabria el ardimiento,
imitó del Gran Noja las acciones,
advertido ilustró su entendimiento
tomando de Minerva las lecciones;
supo dar a su empleo cumplimiento,
supo también robar las aficiones
cuando en el regio Nápoles florido
brilló gallardo y se explicó entendido.
Del Betis caudaloso en la ribera
festivo divirtió los cortos años
logrando en la fortuna lisonjera
los aplausos de propios y extraños;
corrió veloz, y al fon de la carrera
enseñó a los mortales desengaños,
dejando entre cenizas sepultado
el valor adquirido y heredado.
Cuando el sabio Pastor americano
surcaba el golfo por gozar su esposa,
el furor atrevido de Vulcano
arrojó al vaso llama pavorosa;
diestro Petronio, con activa mano
cortó el incendio y dio quietud dichosa
a los que ya entre sustos desmayaban
en vista de la muerte que esperaban.
No experimentó el Tolón el triste estrago
cuando en nave fatal dio providencia
de un sitio a otro discurriendo vago,
armado de valor y de prudencia.
El mismo fuego le sirvió de halago;
no naufragó, que la alta Providencia
a más glorioso fin le reservaba
en morir por la fe que profesaba.
Del mar funesto el agua porcelosa
anegaba sangrienta el roto pino,
riesgos surca la gente lastimosa
sin rumbo, sin aliento, sin destino;
mas avistando (bien que temerosa)
a la excelsa colonia de Barquino,
en su noble piedad hallaron puerto,
Petronio triste y Olivares muerto.
Cercábame el dolor un triste día
en que más su peligro imaginaba,
a su seguridad la persuadía
mi voz, que en los afectos se animaba;
desatendió la justa pena mía
porque de los temores se burlaba,
y en la causa infeliz de mis enojos
líquido el corazón corrió a los ojos.
Volvió Petronio al mar y bramó el viento
enmudecen tritones y sirenas
ronco sonó el bélico instrumento,
infausto anuncio de futuras penas;
solo Petronio, instado de su aliento
pisó ardiente las húmedas arenas
por acercarse al término preciso
de que el mismo nacer le dio el aviso.
Adónde vas, Petronio valeroso?
Huye del golfo, que Neptuno airado
oculta en su domino proceloso
agareno furor de fuego armado;
pero en vano es el ruego cariñoso
que el corazón te envidia lastimado;
magnánimo, constante, fiel y fuerte,
mi voz no escuchas por buscar tu muerte,
mi voz no escuchas por buscar tu muerte.
Descúbrense las naves enemigas;
da la española al viento la bandera,
corta veloz las olas cristalinas,
apresa a la otomana más velera;
Petronio, con hazañas peregrinas
mayor victoria conseguir espera;
a seguir a la que huye se previene,
cuando su misma muerte le detiene.
Bárbara mano, cómo así trevida,
con el fuego y el plomo has conspirado
contra el cántabro bello, cuya vida
en su perfecta edad has marchitado?
De su valor el África ofendida
envidiosa, tirana se ha mostrado
y el infiel Ismael el tiro ha hecho
en el rosado blanco de su pecho.
Admirable divina providencia
independiente en tus operaciones,
cómo al inmenso abismo de tu ciencia
pondrán sondear humanas comprenhensiones?
Yo imagino, Señor, que fue clemencia
al alma libertar de sus prisiones;
tu juicio adoro, y víctima te ofrezco
con el dolor intenso que padezco.
Murió Petronio, y el ingrato olvido
también cruel su nombre ha sepultado;
no hubo laurel, que desdeñoso ha huido
de un mérito, aunque heroico, desgraciado;
solo la bella tropa en quien ha sido
por sus amables prendas estimado,
de su heroicidad imprime historia
en el terso papel de la memoria.




En la "Antología de poetas españolas.
De la generación del 27 al siglo XV"

domingo, 14 de abril de 2024

María Negroni. Hemos emprendido el viaje...

hemos emprendido el viaje
nuestra fue la noche más álgida
la luz que viene
de nosotros mismos
   
el país al que íbamos
no existe
   
la travesía es esta quietud
absorta
   
muy pronto
no podremos volver
   
no sabremos
   
no será necesario



(De La ineptitud, 2002)


En la antología "Poesía soy yo.
Poetas en español del siglo XX (1886-1960)"
   

sábado, 13 de abril de 2024

María Monvel. En cuartito de hotel

En cuartito de hotel lindo y desconocido:
-horizontes azules, focos esmeriliados-
en donde entramos juntos, absortos y turbados
por el fiero imposible que habíamos vencido.

Él me besó en la boca, y le entregué rendido
mi cuerpo frágil, dulce, deseoso y extenuado...
Oh reposo indecible después de lo pasado!
Oh delicia inefable después de lo sufrido!

Yo no sentí rubor de mi carne desnuda.
La dicha me ahogaba como una mano ruda
y el cristal de mis ojos se enturbiaba de llanto,

mientras él de rodillas, con sus besos furtivos,
abrazaba el marfil de mis pies sensitivos
con la fiebre ardorosa de su boca de santo.



De la antología "Volver"
de la editorial Torremozas.

viernes, 12 de abril de 2024

María Mercedes Carranza. Envío

Antes de que veamos el hermoso camino
es sólo una farsa inútil,
un pozo de aguas misteriosas
de donde hemos sacado aquello que no existe;
antes de que la cercanía del tedio
o la ruina de la sonrisa ocurran;
antes de que la frivolidad
regrese a acostarse en mi cama;
antes de que el deseo se corrompa
o las palabras o las risas,
déjame pedirte que el engaño
el dulce engaño de ser tú y yo dure
el vasto tiempo de este instante.



(De Tengo miedo, 1983)


En la antología "Poesía soy yo.
Poetas en español del siglo XX (1886-1960)"

jueves, 11 de abril de 2024

María Luisa Muñoz de Buendía. 8

Por el camino canto
de noche coplas,
para acallar mi alma
y espantar sombras.



De la antología "Peces en la tierra"
  

miércoles, 10 de abril de 2024

María Eugenia Vaz Ferreira. Enmudecer

Quien no sabe estar alegre
no tiene por qué cantar.
Si se derrotó a sí mismo
qué enseñará?

A repicar las campanas 
con bronces de funeral,
los enlutados clarines
a resonar.

Quien no sabe estar alegre
rime a sí mismo su mal.
Por eso enfundo mi flauta,
la del ambiguo cantar,
y quien me escuche, oiga sólo
mi paso en la soledad.



De "La isla de los cánticos"

martes, 9 de abril de 2024

María de Zayas. Amar el día...

Amar el día, aborrecer el día,
llamar la noche y despreciarla luego,
temer el fuego y acercarse al fuego,
tener a un tiempo pena y alegría.

Estar juntos valor y cobardía,
el desprecio cruel y el blando ruego,
tener valiente entendimiento ciego,
atada la razón, libre osadía.

Buscar lugar en que aliviar los males
y no querer del mal hacer mudanza,
desear sin saber qué se desea.

Tener el gusto y el disgusto iguales,
y todo el bien librado en la esperanza,
si aquesto no es amor, no sé qué sea.



De la Antología de poetisas españolas
Tomo I: hasta 1900
Selección de Luzmaría Jiménez

lunes, 8 de abril de 2024

María Cegarra. 41

Los árboles quieren asomarse al fondo de mi aterida transparencia. Porque se ahogaron las rosas del ensueño, y mi superficie -adverbio de tu resplandor- es una fortaleza de cristal.



De "Cristales míos"
     

domingo, 7 de abril de 2024

María Beneyto. Golondrinas ausentes

En dónde están ahora?
Todo el aire es un hueco
en el que nadan hojas frágiles,
larvas de mariposas venideras,
cadáveres de brisas, inefables
pájaros por nacer.
Y una ciudad vestida de aves blancas
necesita el oscuro contrapunto.

Él dice para siempre en dulce augurio:
"volverán..." sí, como vuelve
el árbol a cantar hojas, la nube
a ser líquido amor, o la tristeza
a ir al mar.
Él habla
de los muertos, tan solos.
De la ausencia
de manos en el arpa.
De ángulos oscuros
donde en espectro de la noche vive...

En dónde están?
Quizás las viejas tristes, solitarias,
de los atardeceres las encuentren
en su regazo frío, allí de súbito
suplentes del latido y la esperanza.
En dónde...?
El ser que las reclama,
el que confía en ellas, el que añora
"volverán", las recuerda, interminable.

Pero se han ido. Ya va a llover.
El otoño anochece lentamente.



De "Para desconocer la primavera"

sábado, 6 de abril de 2024

Margarita Hickey. De las mujeres

De bienes destituidas,
víctimas del pundonor,
censuradas con amor,
y sin él desatendidas;
sin cariño pretendidas,
por apetito buscadas,
conseguidas, ultrajadas;
sin aplausos la virtud,
sin lauros la juventud,
y en la vejez despreciadas.



En la "Antología de poetas españolas.
De la generación del 27 al siglo XV"

viernes, 5 de abril de 2024

Margarita Ferreras. Silencio de Plata

(...)
Silencio de plata. Pensamiento mudo.
Dentro de mi pecho sigue tenazmente
el reloj de sangre contando los días
contando las horas que pasan sin verte.


De la antología "Peces en la tierra"

jueves, 4 de abril de 2024

Margarita Abella Caprile. Ciénaga

Ciénaga: no imagines que sólo existen ciénagas,
hay acequias purísimas, frescas y cristalinas,
y vertientes
y fuentes
que irisan, en el aire, sus gotas cantarinas;

y Nilos que desbordan fertilizando valles,
y ríos subterráneos que, al surgir de la entraña
de la tierra, de un salto se levantan del suelo,
como en ansioso vuelo,
porque sus aguas tienen esencia de montaña.

Ciénaga tú no puedes comprender transparencias,
el lodo te enceguece. Tu opacidad malsana
fermentando tinieblas se vuelve más obscura;
Y pensar que antes eras un lago cuya hondura
medía los añiles sin fin de la mañana!

Ciénaga: no imagines que sólo existen ciénagas;
esclava de tu propia inmovilidad, ignoras
la augusta maravilla de los mares inmesos,
cuyos ecos intensos
dejan en las orillas mil cadencias sonoras.

No imagines que el cielo se mezcla con tu barro,
ni que humilla su altura, porque, a veces, destella
lejanamente, sobre tu sordidez lustrosa,
la piedad luminosa
de un reflejo se estrella.



De la antología "Volver"

miércoles, 3 de abril de 2024

Piedad Bonnett. En consideración a la alegría

A qué llorar, me digo,
todo estaba previsto
      me muerdo las falanges
los asombros por qué 
      miro la luna
      ajena y sola y sobria en su talante
si desde siempre
desde el nacer, desde el morir, y en cada hora
pacientemente crece el hilo, crece,
y también crece la baba del gusano y la piedra
atravesada aquí,
      bebo y saludo
      y soy cordial con mi vecino ciego
pues no son tiempos éstos dados a patetismos,
ni es elegante
exhibir el dolor.
A qué llorar, me digo: 
sería 
inoportuno con la muchedumbre 
que ríe afuera con su risa de siglos.



De "Nadie en casa"
    

martes, 2 de abril de 2024

Estefanía Cabello. Escribo...

Escribo
desde el lugar abierto a la intemperie. 
   
Son visibles los estragos
de la fuerza del mar sobre las rocas de la costa.
   
Sobre estas rocas tomo conciencia:
rozo con mis yemas allí donde alguna vez
fui besada.



De "Muchacha con mirlo en las manos"

lunes, 1 de abril de 2024

Marcia Belisarda. Procurad, memorias tristes...

Procurad, memorias tristes,
divertir mi sentimiento
con penas que siempre son,
y no con gustos que fueron.
Representadme pesares,
dejad pasados contentos,
que son figuras de humo
en el teatro de el viento.
Muy bien entiendo las voces
de vuestro mudo silencio,
que mal concertadas suenan,
que acordes fueron un tiempo.
De mis muertas esperanzas
clamor parecen sus ecos,
o que se cantan endechas
a mi perdido sosiego.
Si con inciertos favores
olvidais agravios ciertos,
guerra armais al corazón,
No menos que a sangre y fuego.
No me deis en vaso de oro
disimulado veneno,
creyendo así lo que dice
quien no cree lo que siento.
Memorias, dejadme ya,
o acabad mi vida luego,
que no hay fuerza en el alma
para tan crueles tormentos.



 De la Antología de Poetisas españolas
Tomo I: hasta 1900
de la editorial Torremozas
Selección de Luzmaría Jiménez Faro