domingo, 31 de diciembre de 2023

Lauren Mendinueta. Felicitaciones

El próximo año ni feliz Navidad, ni buen año nuevo.
Tanti auguri, no diré. 
Parabens ya no me importan.
No festejaré cumpleaños ni día de la madre.
Día del padre, tampoco -aunque a papá le duela-.
San Valentín es una fiesta ridícula
que no estoy dispuesta a festejar.
Si me piden explicaciones 
hablaré en voz baja de soledad y miedo.



De "Vivir tan adentro"


sábado, 30 de diciembre de 2023

Idea Vilariño. Este dolor, raíz, esencia de este...

Este dolor, raíz, esencia de este
pobre cuerpo que habito, que soy,
que me hace ser,
este dolor sin ecos,
de pétalo arrancado,
que a veces totalmente se vacía en mi forma,
que es como una ventana cerrada al infinito.
Este dolor oscuro, rasgado, delirante,
este dolor que a veces tiene mi misma forma,
que me hace creer que soy,
sin cuerpo, sin sentidos, sin dolor,
sólo un grito en la sombra.
Este dolor de fuego quemando mis paredes,
consumiendo mis noches en su llama amarilla,
este dolor de grito desgarrado,
de luna destrozada.
Este dolor, mi vida, esta agonía.
Este dolor, mi cuerpo.

   

En "Poesía completa"
    

jueves, 28 de diciembre de 2023

Alejandra Pizarnik. Aproximaciones

Escribes poemas
porque necesitas
un lugar
en donde sea lo que no es

 

En su Poesía completa



María Rosa de Gálvez. La vanidad de los placeres (fragmento)

Oigo del mundo el eco lisonjero 
sonar gozoso en torno de mi mente,
y la insensata gente
veo correr en vano
sin poder alhagar ningún sentido:
Será, que la fortuna a los mortales
jamás otorgue algún placer cumplido;
o que el fastidio siga a las pasiones,
que no pueden saciar sus corazones?
Genio, que inspiras sin cesar mi canto,
yo me abandono a ti; guía mi acento;
vuela en pos del contento
que el hombre te presenta en su grandeza,
cuando engañado su vivir fatiga,
y sus tesoros por gozar prodiga.
Jamás el espectáculo pomposo
vio del sol al nacer, ni sus oídos 
el canto de las aves melodioso 
gozaron, cuando el orbe se ilumina;
sumido en ocio, de velar cansado,
la noche se avecina
cuando el lecho dejando lentamente, 
torna de los placeres al bullicio 
con que el mundo le encubre el precipicio.
(...)



En "Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVIII"


miércoles, 27 de diciembre de 2023

Margarita Hickey. I

De bienes destituidas, 
víctimas del pundonor,
censuradas con amor,
y sin él desatendidas;
sin cariño pretendidas, 
por apetito buscadas,
conseguidas, ultrajadas;
sin aplausos la virtud,
sin lauros la juventud,
y en la vejez despreciadas. 




En "Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVIII"


martes, 26 de diciembre de 2023

Clara Jara de Soto. I

Prólogo no llevas? No.
Dedicatoria? Tampoco.
Pues te tendrán hoy en poco.
Eso es lo que quiero yo;
no importará nada, no,
que el vulgo me satirice,
pues cuanto mi pluma dice
es la verdad sin pasión, 
y así no será razón 
que nadie me lo autorice.



En "Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVIII"
  

lunes, 25 de diciembre de 2023

Isabel de la Vega. Glosa a este villancico

Nunca más vean mis ojos
cosas que les den placer
hasta tornaros a ver.

Si pudiese con la vida
recobrarse el bien perdido,
yo la doy por bien perdida,
que el morir no es a medida
del dolor que he padecido;
y pues veros apartar
fue causa de mis enojos,
pues no queda que mirar
ni lágrimas que llorar,
nunca más vean mis ojos.

Qué puedo ya ver, señora,
habiéndote visto en mí?
Que el que te vido y te adora
no puede vivir una hora
más que cuando vive en ti;
mas pues que mis gemidos
no puedo ya detener,
no se acabe el padecer,
ni suenen a mis oídos
cosas que les den placer.

Cuando me atormenta amor
con temor, ausencia y muerte,
tengo yo por buena suerte
vivir con tanto dolor
a trueque de esperar verte;
pero porque de sufrir
no se canse el padecer,
finge mi mal un placer
qu'es imposible sentir
hasta tornaros a ver.



En la "Antología de poetas españolas.
De la generación del 27 al siglo XV"

domingo, 24 de diciembre de 2023

Teresa de Cepeda. Villancico

Oh, hermosura que excedéis
a todas las hermosuras!
Sin herir dolor hacéis,
y sin dolor deshacéis,
el amor de las criaturas.
 
Oh, nudo que así juntáis
dos cosas tan desiguales!
No sé por qué os desatáis,
pues atado fuerza dais
a tener por bien los males.
 
Quien no tiene ser juntáis
con el ser que no se acaba;
sin acabar, acabáis,
sin tener que amar, amáis,
engrandecéis nuestra nada.




En la "Antología de poetas españolas.
De la generación del 27 al siglo XV"

sábado, 23 de diciembre de 2023

Ana María Espinosa y Tello. A ti que en otro tiempo te dignabas

A ti que en otro tiempo te dignabas 
proteger mis tareas algún tanto,
inspirando a mi genio el vivo fuego
que sin tu auxilio procurara en vano:
A ti solo, mi Musa bienhechora,
con ansia busco, con ardor te llamo.
Por qué en este momento de mi huyes?
Por qué me dejas cuando más te aguardo?
Mas, ay!, que ya la causa he comprendido, 
de mi sola indolencia ha dimanado,
pues he visto correr tan bellos días 
de tranquilas delicias adornados,
en los cuales los blandos cefirillos 
a porfía sus alas agitando,
a las flores  robaban sus fragancias 
y al esparcirlas los hacían más gratos;
días preciosos para mí perdidos!
pues ni un momento a ti te he dedicado:
Y ahora cuando ya el caduco invierno
sus tardos pasos viene apresurando, 
por mostrarnos su faz envejecida,
y las arrugas de sus yertas manos:
Cuando lo vegetable e insensible 
(que no lo son sin duda en este caso)
se nos presentan tristes y confusos
por la venida del helado anciano:
y árboles y plantas, y aun las fieras,
todos suspiran la cerviz bajando
y a su madre natura ya se quejan
de haber perdido su verdor lozano,
de ti me acuerdo, y con humildes voces
en mi ayuda solícita te clamo:
ven, ven y de un sueño turbulento
explicará mi acento los arcanos.
(...)




En "Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVIII"


viernes, 22 de diciembre de 2023

Rafaela Hermida Jurquetes. El milano y las aves

Un milano sangriento, 
a fuerza de buscar el alimento
sin cuidados ni afanes
(que esto toca a los pobres ganapanes),
la sangre codiciaba de tal suerte,
que a todo cuanto veía daba muerte,
ya recorriese diestro el aire vano,
ya se aterrase sobre sierra o llano,
procurando, más bien que alimentarse,
en destruir vivientes recrearse.
-Si nos mataras -al morir decían-
instigado del hambre, ya tendrían 
tus rigores un viso de disculpa;
pero si te complaces en la culpa,
y casi siempre matas 
porque hallas diversión cuando maltratas...
-Es verdad -les decía muy ufano-.
De qué sirve el poder? De qué esta mano?
Morid y complaced mi ardiente furia,
pues no habrá quien os vengue de mi injuria.
De esta suerte asolo montes y valles
hasta que el tiempo resolvió vengarles:
las uñas le quebranta,
y añade al pico curvatura tanta,
que presa hacer no puede,
y al hambre y a la sed el triste cede.
De sus tristes lamentos obligadas
acudieron las aves a bandadas;
y, hallándole postrado, gritan alegres:
      -Tiempo afortunado!
Él, viendo su poder ya destruido,
la humildad afectó del que es vencido,
y con la más sagaz hipocresía 
alimento y socorro las pedía, 
jurando ser su amigo eternamente,
diciéndole:
   -Enemigo,
recibirte nosotras por amigo?
Aquel que persiguió nuestra inocencia 
no debe hallar piedad, sino inclemencia:
vive entre la agonía y desconsuelo,
abominado de la tierra y Cielo;
y para prolongar tan mal estado,
alimento tendrás, pero tasado;
de modo que bastando a mantenerte 
satisfecho jamás llegues a verte.
Así él triste murió; bien empleado.
Quien del mucho poder haya abusado
mejor fin que el milano nunca espere;
que quien a hierro mata, a hierro muere.



En "Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVIII"


jueves, 21 de diciembre de 2023

María Gertrudis Hore. Soneto

Estaba Apolo en el Parnaso un día,
repartiendo guirnaldas diferentes,
y de Heliconia al son de las corrientes
Terpsícore festiva danza guía:
Fenisa, que del Betis ascendía, 
osada llega entre otras concurrentes,
y al ver de todas coronar las frentes,
"dónde está", dice, "la corona mía?".
Febo, al verla de galas adornada,
"Aparta", le responde, "la riqueza 
con mi numen feliz no tiene entrada",
a que ella le replica con presteza:
"Si esto no más en mí te desagrada,
coróname, que admito la pobreza".



En "Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVIII"


miércoles, 20 de diciembre de 2023

María Joaquina de Viera y Clavijo. Vejamen a las presumidas modistas (fragmento)

Figura de Cupido
toman todas las damas,
desnudas y con flechas 
con vendas y con bandas.
Disparan como ciegas
adonde caigas valgas, 
y herida la modestia 
respira por la llaga.
El pudor y la vergüenza 
echan a las espaldas,
haciendo alarde y gloria 
de no ser recatadas.
Sus vestiduras tienen
la maliciosa traza 
de ostentar que las cubren
tirando a desnudarlas.
Nueva desenvoltura 
la inmodestia prepara,
precipicios y escollos
para la vista flaca.
Los brazos descubiertos
desde el hombre es gala;
y puestos al ambiente 
son estos brazos brasas.
(...)



En "Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVIII"


martes, 19 de diciembre de 2023

María Nicolasa de Helguero y Alvarado. A la memoria de su hermano Don Pedro de Helguero

Desgajado el ciprés, rota la lira,
mal concertado el susto con el canto,
empiece el triste numen que me inspira
a dar tímida voz envuelta en llanto;
que mal entre congojas se respira,
que poco explica quien padece tanto;
pero si he de cantar, sea el tormento
el que sirva esta vez por instrumento.
Amaba yo a Petronio generoso
ufano de que fuese hermano mío,
miraba que a su genio belicoso
las Gracias asistían sin desvío, 
no desdeñando al joven animoso
docta, canora, sonora Clío;
Gracias y Musas se unen a elevarle
y las Furias y Parca a derribarle. 
Heredó de Cantabria el ardimiento,
imitó del Gran Noja las acciones,
advertido ilustró su entendimiento 
tomando de Minerva las lecciones;
supo dar a su empleo cumplimiento,
supo también robar las aficiones 
cuando el regio Napoles florido
brilló gallardo y se explicó entendido.
(...)



En "Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVIII"


lunes, 18 de diciembre de 2023

Chicaba. Ahí, Jesús, dónde te has ido...

Ahí, Jesús, dónde te has ido
que un instante no puedo,
verme sin tigo;
ahí, Jesús de mi alma,
dónde te has ido, 
que parece no vienes
y te has perdido.
Ahí, Jesús, qué diré yo,
si os vais con otras,
qué haré yo?
Clamaré, lloraré 
hasta ver a Dios,
y si no, y si no,
morir se amor.
Y ya lo digo,
pues estoy tan sola 
que no has venido.
Y si estás con otra,
yo ya lo he visto:
a Marta y María 
las has querido.
Ahí, Jesús, dónde te
hallaré yo,
pues tan tonta me tiene
cuando te tengo;
a Dios, a Dios amor,
a Dios Señor,
a Dios corazón,
no más, no más, no más.



En "Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVIII"


domingo, 17 de diciembre de 2023

Ana Verdugo y Castilla. El amor sencillo (fragmento)

Aquí, donde el abrazo de estos ríos
en dulces, de cristal lazos sonoros,
me representan viva y tristemente 
los que un tiempo formaron nuestros brazos,
aquellos que en los tiernos años míos
ni los pudo romper el rayo ardiente
ni el frío que se siente
venir de aquella sierra
cuando oculta la tierra
el amistoso peso de la nieve
que el sol deshace y este campo bebe;
aquí, pues, lloraré el caso postrero
que a aborrecer me mueve
mi vida y cuanto más amé primero.
Más, oh, inconstancia del estado humano!
Oh, ejemplo el más cruel de sus mudanzas!
Que hoy a llanto y suspiros me conmueve
lo que ayer a cantar sus alabanzas;
esta sierra, estos ríos y este llano,
este refrigerante soplo leve,
fueron por tiempo breve
causa en mí de alegría
cuando este bien partía 
con la que ver no me es ya permitido;
más ellos está trocado, o mi sentido;
ni el cielo luz, ni olor tienen las flores,
y quéjanse en el nido
sin armonía ya los ruiseñores.
(...)



En "Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVIII"

sábado, 16 de diciembre de 2023

María Josefa de Rivadeneyra. Respire de mi pecho

Respire de mi pecho
en quejidos acordes
equivoca una injuria
que no sé si la cante o si la llore. 
Fatigas de la mente,
literarios sudores,
bastó que fuesen míos
para hacerles sentir mis propios golpes.
Posible que hasta el alma
la envidia me despoje!
Posible que me usurpe
débiles femeniles traducciones!
Villana pasión ciega
que eb odio de mi nombre,
como vives de infamias,
compras con un delito tus honores.
En disfraz de remiendos
al público se exponen;
infeliz artificio!,
que grita ser ajeno lo que esconde.
Ese incongruo aparato
de retazos discordes,
el engaño desmiente
y la pasión descubre en su desorden.
No niego que aun manchadas
conmigo sé conformen;
si la borrasca sufro,
qué tengo que extrañar los nubarrones?
Así, desfiguradas,
no han quedado tan pobres
que a su fingido dueño
no le hayan producido resplandores.
En este triunfo he sido
yo la selva o el bosque,
que laureles y palmas
he dado para que otros se coronen. 

Sic vos, non vobis nidificatis, aves.
Así el ave su nido
construye y dispone 
para que otros se alberguen
y en su seno descansen y reposen.

Sic vos, non vobis vellera fertis, oves. 
Así la misma oveja
sus mórbidos vellones 
alienta y vivifica
para que otros se vistan y se adornen. 

Sic vos, non vobis melificatis, apes. 
Así la abeja extrae
dulzura de las flores,
y, a pesar de su industria,
otros gustan la miel que ella recoge.

Sic vos, non vobis fertis aratra, boves.
Así sujeto al yugo
el buey la tierra rompe,
más su fértil arado
es para enriquecer ajenas trojes. 

Ejemplos consolantes 
que informarán al orbe
que en mi fortuna adversa
me alivian más las bestias que los hombres.



En "Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVIII"


viernes, 15 de diciembre de 2023

Teresa Guerra. Respuesta de la poetisa

Hacia el desvanecimiento
mi influencia camina,
de las expresiones tuyas
neciamente persuadida. 
Sin conocer que la altura,
que tu atención le fabrica, 
no asiento, en que le asegure,
escollo es en que peligra.
Los no debidos aplausos,
que a mi indignidad dedicas,
insignias son de tu ingenio,
triunfos de tu cortesía.
Logre en su ambición sedienta
mi anhelo tan repetidas
cláusulas tuyas, que sean
lisonja de su codicia.
Muchas edades florezca 
tu ingenio, y sus flores viva,
sin aquella común frágil 
pensión de las maravillas.
En cuyos aumentos logre
mi reverencia osadía
generosidades, en que
tu ingenio se desperdicia.
Lo que tus versos me cuestan
de desveladas fatigas,
ocioso es decirlo, cuando
ellos mismos lo publican.
Mi fatigada ignorancia
tendrá el peligro por dicha
si una instrucción solamente
le merece a su doctrina.
Dónde aprendiste la rara,
artificiosa, exquisita
nunca practicada ciencia
muchas veces peregrina
de convertir (a pesar de
enemistad tan reñida)
en suma discreción tuya
la suma ignorancia mía?
Y en fin, pues docto, o piadoso
de las ignorancias mías, 
borraste el delito: O culpa,
felizmente redimida!



En "Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVIII"
  

jueves, 14 de diciembre de 2023

Sor Ana de San Joaquín. Muda elocuencia de amor

Muda elocuencia de amor
halla el pecho en su fatiga
para que el afecto diga
la expresión de su dolor.
Así facundo el rigor
de mi corazón herido,
toda en ansia me liquido
cuando tu Deidad ausente
solo la digo elocuente
con un continuo gemido.
Imán de mi amor tu cielo
me trae en dulce violencia,
atormentando la ausencia
la actividad de mi anhelo;
afanada en el desvelo, 
pegado al polvo mi rostro,
amante humilde me postro, 
protestando en mis sollozos
que solo en eternos gozos
anhelo ver vuestro rostro.
Oh! Si el invierno erizado
de este rigor pasase,
y la voz dulce escuchase,
la tórtola de su Amado!
Pero si amor, retirado,
aún mi tormento consiente, 
dejad, Señor, que lamente
tanta ausencia, pues lo mismo
será mirar al abismo
que a vuestra tórtola ausente.
Al recordar tu belleza
mi corazón se derrama,
líquida cera, a la llama
de vuestra ardiente fineza;
del quebranto a la grandeza
ni un leve suspiro ahorro,
pues del estadio que corro
de inefable sentimiento,
para aliviar el tormento
solo el gemir es socorro.



En "Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVIII"


miércoles, 13 de diciembre de 2023

Sor Gregoria Francisca de Santa Teresa. El pajarillo

Celos me da un pajarillo
que remontándose al Cielo
tanto en sí mismo se excede
que deja burlado el viento.
Enamorado del sol,
sus plumas bate ligero,
y escalando el aire bajo
toca la región del fuego.
Oh, quién imitar pudiera,
juguete hermoso del viento,
de tu natural impulso
el acelerado vuelo.
Mi amor ansioso te sigue
con impacientes afectos,
que es dura prisión del alma
la cárcel triste del cuerpo.
Del sol más supremo soy
mariposa, en cuyo incendio
deseo abrasarme cuando
sus luces, amante, bebo.
Avecilla soy en jaula
que al ver del sol los reflejos,
son sus gorjeos endechas,
son sus trinados lamentos.
Envidio tu libertad
y abrasándome tus celos
quisiera ser salamandra
para vivir en tu fuego.
Los rayos del sol divino
hieren en mi amante pecho,
siendo halago en la prisión
lo que en la prisión tormento.
Vuelas feliz, pajarillo,
cuando yo presa me quedo,
y viendo que al Cielo subes
me llevas el alma al Cielo.
Por amante y por cautiva
dos veces, presa, padezco;
oh, quién quebrantar pudiera
de las cadenas el hierro!
Quién de aqueste lazo débil
deshiciera el nudo estrecho
y con más ardiente impulso
te excediera en el empeño!
Ese luminar celeste
es de tu amor el objeto,
que simplemente te eleva
negado el conocimiento.
Mas yo, que conozco y amo
sol de mayor hemisferio,
formo de mis ansias plumas,
y de mis suspiros vuelos.
En lo inmenso de sus luces,
cuanto más miro me anego,
que en golfos de claridad
se absorbe el entendimiento.
Sus lucientes resplandores
me excitan rápido vuelo,
y detiéneme la liga
del vital unido aliento.
Oh, tú, que con blandas plumas
giras el vago elemento!
Sube más alto si puedes
y serás mi mensajero.
Darás de mis tristes penas
un amoroso recuerdo
a la luz inaccesible
del Sol de justicia eterno.
Dile que sus resplandores 
me tienen de amor muriendo,
porque a la luz de mi fe
descubro sus rayos bellos.
Que en ellos me engolfo tanto
cuanto en ellos más me ciego;
que es gloria quedar vencida
del imposible a que anhelo.
Dile que de mí se duela,
que rompa el vital aliento,
que desate las prisiones
de tan dilatado tiempo.
Que el mirarle por resquicios
es del amor más tormento,
pues al herirme sus rayos
más me abraso y más me quemo. 
Que del todo los descubra
corriendo el cándido velo,
para que lo goce el alma
del todo y al descubierto.
Pajarillo, si de amor
has gustado los efectos,
lastímate de mis ansias,
duélete de mis tormentos. 
Mi libertad solícita 
con mi dulce amante dueño,
y de tus alas me presta
plumas que vuelven al centro.
Salga de esta dura cárcel,
de este largo cautiverio,
donde triste gimo y lloro 
mi prolongado destierro.
Donde, advirtiendo tu dicha,
tan infeliz te contemplo,
cuánto es mi amor impaciente
y más divino mi objeto.



En "Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVIII"


martes, 12 de diciembre de 2023

Emilia Pardo Bazán. El castillo de la fada

Introducción 

El sol ya se va ocultando:
deja tu labor, María, 
que empleaste bien el día;
no tengo queja de ti.
Enciende el candil tomado
que nuestro hogar ilumina,
y, arreglada la cocina,
siéntate cerca de mí. 
Leyendo estoy en tus ojos.
Quieres oír una historia
de amor, de combate o gloria 
de las que te cuento yo?
O la leyenda famosa
del conquistador Germano?
O la infausta de Atilano
que envenenado murió?
Mas estas ya son sabidas;
y si una nueva pudiera
referirte, yo te hiciera
los cabellos erizar;
y con la vista turbada
y el corazón oprimido,
ver un espectro escondido 
en las llamas del hogar.
Ah! Ya me acuerdo. Oye atenta,
no interrumpas mi relato
pues de referirte trato
un hecho que me contó 
mi madre cuando era niño
en una larga velada;
melancólica balada 
que jamás se me olvidó.



En "Las frases frágiles"


lunes, 11 de diciembre de 2023

Lauren Mendinueta. Telediario

Me mataría en marzo si creyera todo lo que dicen los noticieros.
Yo sé que hay navíos desnudos que pasan por el borde del mundo
ansiosos de anclar su deseo en mares muertos.
Supe que una sirena de fábrica 
ha enloquecido de amor a un hombre común
y una señora muy mayor
anunció que puede ver el Cielo en la media luna de sus uñas.
En eso creo, pero no en todo el resto.
Si el miedo no existe donde no existe el ser
entonces es suficiente con apagar la pantalla.
Los museos están cerrados pero abrieron unas salitas virtuales
donde está permitido fumar y tomar fotografías con flash.
Con presteza estamos adquiriendo costumbres extrañas 
como lo ordena el nuevo Rey.
Cada tarde mis vecinos salen a sus balcones y aplauden.



De "Vivir tan adentro"


domingo, 10 de diciembre de 2023

Clara Janés. Negro laurel...

Sor Juana Inés de la Cruz

negro laurel de sombras
tirana usurpadora
del empeño del día
tu mejor claridad
delimita
materia oscura
desconocimiento
que está en la mía 
limitada
como el saber de lo ignoto
en las células calladas



De "Orbes del sueño"
En "Movimientos insomnes"
   

sábado, 9 de diciembre de 2023

Graïda de Pinós. De Doña Graïda de Pinós al premio - glosa

Tiene la vista Teresa
de tal perpicacidad, 
que hasta el Jordán atraviesa
donde adora la Trinidad
que cielo y tierra confiesa;
cuyos ojos aunque están 
tan lejos, discernirán 
cuál ven de los dos primero:
si en la orilla ven Cordero,
si paloma en el Jordán.
  
Y con vista soberana
mira el Cordero divino
vestido de carne humana
que a quitar del cielo vino
el daño de una manzana.
En cuyo objeto lúgubre 
Teresa el dolor encubre
y con alma limpia, y pura
en tan humilde figura
al hijo de Dios descubre.
   
Esta manera de ver
es por la luz que recibe
del sol, de quien tiene el ser
en quien todo lo que vive
le espera, y ha menester.
Y aunque en su gloria descubre
lo que a nosotros encubre
pero dispensando amor
con su glorioso fulgor
a nuestra Teresa cubre.
   
Dichosa prerrogativa 
allega a tener Teresa
que con luz a Dios reciba
y que sentada a su mesa
viva en Dios, y en ella él viva.
Que como esposo galán
en traje blanco de pan
a Teresa como a esposa
muestra voluntad gloriosa
y enseña como a San Juan.



En "Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVII"


viernes, 8 de diciembre de 2023

Gertrudis Gómez de Avellaneda. Deseo de venganza

   Del huracán espíritu potente,
Rudo como la pena que me agita!
Ven, con el tuyo mi furor excita!
Ven con tu aliento a enardecer mi mente!
   Que zumbe el rayo y con fragor reviente,
Mientras -cual a hoja seca o flor marchita-
Tu fuerte soplo al roble precipita
Roto y deshecho al bramador torrente!
   Del alma que te invoca y acompaña,
Envidiando tu fuerza destructora,
Lanza a la par la confusión extraña.
   Ven..., al dolor que insano la devora
Haz suceder tu poderosa saña,
Y el llanto seca que cobarde llora!



Del libro "La dolorida pasión"

jueves, 7 de diciembre de 2023

Josefina de la Torre. Este dolor que tengo...

Este dolor que tengo
me rasga toda,
me abre en canal.



De "Mi dolor"
En "Poesía completa. Volumen II (1936-1989)"

miércoles, 6 de diciembre de 2023

Isabel Correa. No solo un vital aliento...

No solo un vital aliento
te exalta, sublima y dora;
divino influjo mejora
tu cándido entendimiento.
Con el alto lucimiento
de tu ingenio superior,
das al Pindo más verdor,
cualquiera musa es más bella,
cada renglón una estrella,
y cada letra, una flor.
Sale, con gracias difusas,
de tu método profundo,
al gran teatro del mundo
todo el Coro de las Musas.
Por las líneas que andar usas,
igualándose a ti solo,
vuelas al ursario polo
desde el hispánico nido,
entre las Gracias, Cupido,
y entre las Musas, Apolo.



En "Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVII"



martes, 5 de diciembre de 2023

Laura Yasan. Inválidos

debí advertirte que soy débil
que no me queda un hueso sin fractura
un hueco sin sentido
un beso intacto?
no ves que soy lisiada
que el tajo me recorre la garganta
los cabellos se parten
y las mariposas de mis omóplatos
perdieron los colores en el polvo?
debí advertirte que soy frágil
que una palabra puede disolverme
y un mal recuerdo fisurarme
no ves lo roto de mis gestos
la voz gastada
los ojos malheridos?
cómo creíste que iba a soportarlo?

yo tampoco sabía que eras ciego



De "Animal de presa"


lunes, 4 de diciembre de 2023

Lucía Sánchez Saornil. Nieve

En la tarde silenciosa
está dormida la nieve...
Hay una paz melancólica 
en el día que se muere.
   
Todo es blanco; todo es puro
y hay un azul que florece
como un pálido reflejo
en la tarde que se pierde.
   
Todo es blanco, todo es blanco
igual que almas de mujeres.
Todo tiene la blancura
de un idilio sonriente.
   
Está la llanura inmensa
toda cubierta de nieve,
y bajo su manto añoso
todas las praderas verdes.
   
Qué silencio!, qué quietud!
Enmudecieron las fuentes...
...Nada hiere los oídos
qué lenta la noche viene!
   
El paisaje está dormido,
los árboles no se mueven.
No hay risas ni melodías
todo es dulce... todo duerme.
   
Hay una nube violeta,
en la tarde que se muere
un silencio melancólico
y unas huellas en la nieve!



Avante n.⁰ 199
31 de enero de 1914


De "Corcel de fuego"
    

domingo, 3 de diciembre de 2023

Sor Juana Inés de la Cruz. Yo adoro a Lisi, pero no pretendo...

Yo adoro a Lisi, pero no pretendo
que Lisi corresponda mi fineza;
pues si juzgo posible su belleza,
a su decoro y mi aprehensión ofendo.
No emprender, solamente, es lo que emprendo:
pues sé que a merecer tanta grandeza
ningún mérito basta, y es simpleza
obrar contra lo mismo que yo entiendo.
Como cosa concibo tan sagrada
su beldad, que no quiere mi osadía 
a la esperanza dar ni aun leve entrada:
pues cediendo a la suya mi alegría,
por no llegarla a ver mal empleada,
aun pienso que sintiera verla mía.



En "Poéticas. Antología de mujeres del siglo XVII"



sábado, 2 de diciembre de 2023

Marcia Belisarda. Romance

Procurad, memorias tristes,
divertir mi sentimiento
con penas que siempre son
y no con gustos que fueron.
Representadme pesares,
dejad pasados contentos,
que son figuras de humo
en el teatro del viento.
Muy bien entiendo las voces
de vuestro mudo silencio,
qué mal concertadas suenan,
qué acordes fueron un tiempo.
De mis muertas esperanzas
clamor parecen sus ecos
o que se cantan endechas
a mi perdido sosiego.
Si con inciertos favores
olvidáis agravios ciertos,
guerra armáis al corazón
no menos que a sangre y fuego.
No me deis en vaso de oro,
disimulado veneno,
creyendo así lo que dice
quien no cree lo que siento.
Memorias, dejadme ya
o acabad mi vida luego,
que no hay fuerzas en el alma
para tan crueles tormentos.



En la "Antología de poetas españolas.
De la generación del 27 al siglo XV"

viernes, 1 de diciembre de 2023

Marina Romero. Hace cuatro besos

Hace cuatro besos
que dormía al ueño,
un beso de llanto
y un beso de fuego,
un beso de angustia
y un beso de miedo.
HAce cuatro siglos
que desperté al eco,
un eco de agua
y un eco de hielo,
un eco de espuma
y un eco de viento.
Hace dos miradas
que perdí mi vuelo.



De la antología de poetisas españolas
Tomo II
de la editorial Torremozas