Que yo te diga cómo fue mi vida...
A ratos, llamarada vacilante;
luego rayo con punta de diamante.
Unas veces puñal, y otras herida.
Un darse sin rendirse, una aturdida
obsesión de ternura palpitante;
luego, el gozo que cabe en el instante,
la desazón, la espera descreída.
Alguna incierta noche en primavera,
un ventanal sobre una carretera,
y unas hojas marchitas, y algún gesto...
No te pongas así. Quieres que añada,
y en el recuerdo ya no queda nada.
Sangre tus manos: ves? Mi vida es esto.
De "Intervalo"
En "Antología del amor"
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